sábado, 29 de agosto de 2009

LOS ESTUDIOS MÉDICOS EN LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA A PARTIR DE 1891.

Recopilador histórico: Julián Viso Rodríguez.

La Universidad Central de Venezuela es, ciertamente, la institución con más antigua tradición de enseñanza médica en Venezuela, iniciada por LORENZO CAMPISN Y BALLESTER (1726-1785) con la solitaria Cátedra de Prima Medicina en 1763 cuando aquella era denominada Real y Pontifica Universidad de Caracas. Transformada ésta, en 1826, en Universidad Central de Venezuela, dichos estudios fueron fuertemente vigorizados en 1827 con la creación, en el marco de los novísimos Estatutos Republicanos y como fruto d la conjunción renovadora de SIMÓN BOLÍVAR (1873-1839) y JOSÉ MARÍA VARGAS (1786-1854), de la Facultad Médica de Caracas, legítima heredera y continuadora de la labor de aquella pionera Cátedra de prima Medicina.

El año de 1891 es generalmente considerado como decisivo en los nuevos rumbos que hubo de tomar la medicina venezolana, particularmente los estudios médicos, evidentemente venidos a menos en el transcurso del tiempo posterior a la reforma de 1827. El presente trabajo procura presentar una visión orgánica del acontecer educativo-médico a partir de ese año de 1891, comenzando por reconocer la situación previa que, por sus características, destaca precisamente esa importancia, hasta el momento actual en el cual la Universidad Central alberga en su seno dos Escuelas de Medicina.

SITUACIÓN PREVIA.
El rango cronológico de nuestro estudio tiene, pues, como punto de partida el año 1891. Sin embargo, para disponer de la perspectiva apropiada necesaria para poder valorar, con buen criterio, cuál ha sido la dinámica evolutiva de los estudios médicos en la Facultad de Medicina de la U.C.V. en ese lapso, es preciso esbozar siquiera una visión panorámica de la situación de los estudios médicos durante los años inmediatamente precedentes dentro del contexto histórico social en el cual se desenvolvían, y establecer algún punto de referencia exterior.

Para 1891, Venezuela tenía poco más de dos generaciones apenas como país independiente, tiempo durante el cual habían proliferado las revoluciones, desde la de JOSÉ TADEO MONAGAS (1784-1868) en 1831, hasta el primer alzamiento de JOAQUÍN CRESPO (1841-1898) en 1888, destacando la Revolución Federal de 1858 a 1863. Característica complementaria de esa situación fue la existencia de continuos períodos de caudillismo y poder personal, particularmente los ejercidos por JOSÉ TADEO MONAGAS Y ANTONIO GUZMÁN BLANCO.
En ese lapso, ya definida la separación con respecto a a la raíz española, se profundizó, bajo el impulso vargasiano, la referencia británica en medicina, ya notable desde la Guerra Emancipador5a. Esa referencia, sin embargo,, fue girando gradualmente, a medida que transcurría el siglo XIX, hacia Francia. Paris era incuestionablemente la Ciudad Luz, y hacia ella convergían las ilusiones de quienes buscaban amplias sus horizontes. De la misma manera, los libros franceses se convirtieron en la principal fuente del moderno saber y, finalmente,, el modelo francés terminó por imponerse como referencia fundamental, incluso a nivel político, fuertemente manifiesto en la intención de GUZMÁN BLANCO DE AFRENCESAR A Venezuela.

En ese contexto de continua inestabilidad política y afrancesamiento se inscriben nuestros estudios universitarios de la segunda mitad del siglo XIX. Por una parte, cónsono con la mencionada inestabilidad política, dichos estudios desmejoran tan sensiblemente que nuestro insigne CECILIO ACOSTA (1831-1881) expresa en comunicación escrita el 8 de mayo de 1856:

“Figúrate ahora, ahora, por contraposición, un Cuerpo científico como el nuestro, puramente reglamentario, con más formalidades que substancia, con preguntas por único sistema, con respuestas por único ejercicio: un Cuerpo en que las Cátedras se provén sólo por votos, sin conceder al público una partecita de criterio; en que no quedan con pocas y honrosas excepciones, trabajos científicos, como cosecha de las lucubraciones, y en que el tiempo mide, y el diploma caracteriza, no te parece una fábrica, más bien que un gimnasio de académicos ¿.Agrega ahora que de ordinario se aprende lo que fue en lugar de lo que es; que el Cuerpo va por un lado, y el mundo va por otro; que una Universidad que no es reflejo del progreso, es un cadáver que sólo se mueve por las andas; agrega, en fin que las profesiones son sedentarias e improductivas, y tendrás el cuadro completo. El título no da clientela, la clientela misma, si la hay, es lámpara del pobre, que sólo sirve para alumbrar la miseria de su cuarto; y de resultas, vienen a salir hombres inútiles para sí, inútiles para la sociedad, y que tal vez la trastornan por despecho o por hambre, o la arruinan, llevados de que les da necesidades, y no recursos… Qué de males!. Yo dije que se fabricaban académicos?. Pues ahora sostengo que se fabrican desgraciados, y apelo a los mismos que lo son.”

En realidad, la Universidad dispuso de autonomía académica desde la época colonial, conforme a lo establecido por el rey CARLOS III (1716-1788), MEDIANTE Real Cédula del 4 de octubre de 1784, habiendo sido ratificada y ampliada en los Estatutos Republicanos promulgados por El Libertador el 24 de junio de 1827, por medio de los cuales proporcionó un impulso formidable a las finanzas universitarias como ningún otro gobernante lo ha hecho hasta el presente.


Texto: Los Estudios Médicos en la Universidad Central de Venezuela a partir de 1891.
Autor. Miguel González Guerra-
Ediciones del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico.
Universidad Central de Venezuela.
Caracas, 1998.

viernes, 28 de agosto de 2009

Reconocimiento a los valerosos voluntarios emancipadores

Eumenes Fuguet Borregales (*)

..."Legión Británica", destacándose en la Campaña de la Nueva Granada, recibiendo la denominación de "Albión"; en enero de 1821 se llamaría "Batallón Británico", en mayo de ese glorioso año "Cazadores Británicos", que al inmortalizarse en Carabobo con su heroica orden "rodilla en tierra", el Libertador lo bautiza como "Batallón Carabobo"...

Nuestro pasado histórico es glorioso en la acción y fecundo en el proyecto; inserta una suma de voluntades de cualquier latitud en procura del objetivo común; es un libro abierto con páginas inconclusas. La empresa emancipadora, plena de esperanzas y luchas, pudo concluir felizmente, gracias a un factor de invalorable participación de miles de voluntarios que lucharon hombro a hombro con nuestros paisanos. Para su arribo a Venezuela, llegaron en grupo, o individualmente, pero sin excepción; todos conocieron los rigores del trópico y sufrieron las vicisitudes de la guerra conducida por el más grande de los caraqueños; la mayoría de quienes aceptaron el llamado, pudo adaptarse a exigentes condiciones y estrecheces, y en aporte a la emancipación, la mayoría no regresó al lar nativo. Muchos de los voluntarios, allende el mar, abonaron caminos de la redención con su sangre y su vida. Es el legado y gloria de los voluntarios libertadores. En cumplimiento del Juramento de Monte Sacro, Bolívar inicia a lo largo del río Magdalena su fulgurante Campaña Admirable el 24 de diciembre de 1812, con apenas setenta voluntarios neogranadinos; El apoyo de Camilo Torres permite incorporar a su arrollador ejército un contingente de quinientos soldados y distinguidos oficiales, que a partir del 27 de febrero de 1813 escribieron páginas gloriosas con tinta de sacrificio; la historia recuerda la importancia y sacrificio de: Ricaurte, Girardot, los hermanos Vélez, Maza y D´Lúyar. El 19 de enero de 1813 el coronel margariteño Santiago Mariño, escribe una carta en francés dirigida a las antillas, instando a sus ciudadanos servir de voluntarios en la lucha emancipadora a cambio de tierras y otros beneficios. Con la derrota de Napoleón Bonaparte surge el 9 de junio de 1815 el Tratado de Viena; lo cual incide que en la Europa quedasen miles de oficiales y soldados desempleados, oportunidad de oro que aprovecha el Libertador para enviar instrucciones al doctor Luís López Méndez el 5 de enero de 1817, quien se encontraba en Londres como Agente Residente en calidad de Comisionado Especial Diplomático, con máximas responsabilidades otorgadas por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas de Venezuela para lograr un selecto contingente de militares. De tal forma, el 4 de mayo comienza el reclutamiento encomendado para cumplir la arriesgada tarea; el 10 de julio de 1817 el cnel. Henry Wilson, acepta la propuesta de López Méndez. Materializando la misión encomendada, las embarcaciones partieron del puerto de Posmouth hasta la Isla de Granada para reabastecer; el 18 de marzo de 1818 comienzan a llegar Angostura los primeros contingentes según la siguiente relación:

1ro de Húsares-30 oficial, 160 soldados comandados por Hippisley en el buque Esmeralda

1ro de Rifles -36 oficiales-200 soldados comandados por Campell en el buque Dawson

Bgda. de Artillería 10 oficiales- 80 soldados comandados por Gilmour en el buque Britania

2do de Húsares 20 oficiales -100 soldados comandados por Wilson en el buque Príncipe

1ro de Lanceros 200 oficiales comandados por Skeen en el buque Indian (naufragó al salir).

Los señores Thompson y Mac Kintosh llamados contratistas proveyeron armas, municiones y vestuario. A principios de 1819 llega a angostura George Elsom con 20 oficiales y 100 soldados a bordo del bergantín Hussareen; igualmente se presentan los bergantines "Tártaro" y "Perseverancia" con unos trescientos veteranos. El 10 de febrero de 1819 llegan a Juan Griego cuatro embarcaciones con ochocientos cincuenta soldados, dos mil uniformes, mil fusiles, trescientas carabinas, trescientos sables y trescientos pares de pistola; comandadas desde su llegada a la isla Granada por el almirante Luís Brión y entregadas a Urdaneta por disposiciones del Libertador con la orden de accionar sobre Barcelona, Cumaná y Maturín. Bolívar está alborozado al conocer la llegada del valeroso refuerzo, y con motivo de aquella euforia informaría desde su cuartel general en Angostura el 20 de febrero de 1819: ¡Ciudadanos una legión británica protectora de nuestra libertad, ha llegado a ayudarnos a quebrantar las cadenas. Recibidlos con la veneración que inspira el heroísmo benéfico. Abrid vuestros brazos a estos extranjeros generosos. Los primeros en llegar fueron enviados a los llanos apureños a las órdenes de Páez. Concluidas las deliberaciones del Congreso de Angostura, Bolívar se moviliza hacia Apure con un batallón de ingleses, procediendo a ejecutar el combate de La Gamarra el 27 de marzo de 1819. El 4 de abril llegan a Juan Griego los buques "Plutus" y "Lamber" con ciento veinte fusileros alemanes e ingleses organizados por Juan Uslar de recordada permanencia en Valencia. El 19 de abril de 1819 llega a Angostura la fragata "Héroe" con ciento noventa y dos soldados comandados por Arturo Sandes. Los irlandeses llegados Margarita entre 1819 y 1820, formaron la Legión Irlandesa designados a realizar operaciones en Río Hacha. Gran parte de las fuerzas inglesas desembarcadas en Angostura, formaron un glorioso cuerpo de infantería y caballería con el nombre de "Legión Británica", destacándose en la Campaña de la Nueva Granada, recibiendo la denominación de "Albión"; en enero de 1821 se llamaría "Batallón Británico", en mayo de ese glorioso año "Cazadores Británicos", que al inmortalizarse en Carabobo con su heroica orden "rodilla en tierra", el Libertador lo bautiza como "Batallón Carabobo", hasta 1830 cuando sus efectivos integrarían el "Batallón Vargas". En su honor Inglaterra es el único país que puede desfilar en Venezuela con la bayoneta calada. Los restos de Algunos paladines extranjeros se encuentran en el Panteón Nacional. Recordamos a James Roock cuando herido de gravedad en el combate de Pantano de Vargas el 25 de julio de 1819, al amputársele el brazo derecho, lo levantó con la izquierda y exclamó ¡Viva la Patria¡. El cirujano le preguntó ¿Cuál Patria? y contestó: ...La que me ha de dar sepultura.
(*) Gral. de Bgda



Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

jueves, 27 de agosto de 2009

Atentados contra el Libertador

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Durante su existencia dedicada en favor de la redención de los pueblos de América del Sur, nuestro Libertador fue objeto de varios atentados; como un ser predestinado para cumplir una noble misión, no recibió heridas en unas setenta acciones militares.

Atentado de Kingston-Jamaica, 10 diciembre de 1815

Procedente de Cartagena, Bolívar llegó a Kingston el 14 de mayo de 1815, emigrado; allí se alojó en la casa de su edecán, Rafael Páez. En esa isla se encontraba un joven negro llamado Pío (el general Daniel Florencio O'Leary lo denominó Pito), quien había trabajado antes en la servidumbre de Bolívar; unos españoles de la isla le ofrecieron 2.000 pesos por consumar el atentado. El 10 de diciembre de 1815, el negro Pío se escondió en la casa y, a las 10 de la noche, clavó el vil puñal al ocupante de la hamaca, José Félix Amestoy, comisario de Bolívar, quien saldría al amanecer para Santo Domingo; el Libertador se había quedado durmiendo en una casa cercana debido a un fuerte aguacero tropical. El negro Pío fue enjuiciado y ahorcado en la Plaza Principal de Kingston el 23 de diciembre de ese año. Se consideró como autor intelectual de este magnicidio frustrado al capitán general de Venezuela y gobernador de Caracas, el cruel Salvador de Moxó.

Atentado del Rincón de los Toros

En su movimiento desde Apure con las fuerzas de Páez, Bolívar llegó el 10 de marzo de 1818 a Villa de Cura, el día 19 están en "El Rastro". El 16 de abril acamparon en "El Rincón de los Toros". El coronel realista, el barinés Rafael López, capturó a un sargento recién evadido que conocía el santo y seña. El capitán realista Tomás Renovales con ocho soldados penetró el 16 en horas de la noche al campamento para eliminar a Bolívar. El coronel Francisco de Paula Santander, al ver a Renovales, le pidió el santo y seña, la respuesta fue correcta, y al preguntarle el motivo de su presencia, contestó que traía un mensaje al jefe supremo, quien se encontraba en su hamaca; Santander cuando lo llamó, Bolívar instintivamente, sin contestar, trató de montar en su cabalgadura herida en la confusión. El Libertador, con mejor suerte no recibió ningún disparo, sólo una coz del caballo herido, algunos soldados murieron en la acción. Durante la persecución murió el coronel López, igualmente los coroneles patriotas Salcedo y Fernando Galindo, quien defendió en el tribunal al general Piar. Bolívar llegó a la población de Calabozo el 17 de abril y luego a San Fernando de Apure, a donde llegó el 3 de mayo para permanecer de reposo dos semanas, los reveses lo estimulaban a vencer.

Atentado en el Palacio de San Carlos de Bogotá

Bolívar se encontraba alojado en el Palacio de San Carlos de Bogotá; un grupo de santanderistas (liberales) preparó un atentado en el cual estaba involucrado el coronel barcelonés Pedro Carujo. En el palacio se encontraban con Bolívar el coronel José Bolívar (no es familiar del Libertador), el médico Thomas More, el teniente Fernando Bolívar, sobrino y secretario; el subteniente Andrés Ibarra y Manuela Sáenz, quien salvó a Bolívar de un asesinato el 7 de agosto de 1828 en un baile de disfraces. En la noche del 28 de septiembre de 1828, el primer asesinado fue el coronel Bolívar; el Libertador saltó por una ventana para esconderse debajo del puente El Carmen, mientras Manuelita distraía a los atacantes; el coronel Guillermo Fergusson, cuando entró en el palacio, fue muerto por Carujo; el soldado marabino José María Antúnez, su ordenanza, lo reconoció y le dio su ruana para mitigar el intenso frío bogotano. El general Urdaneta, designado juez de la causa, recomendó fusilar a 13 de los implicados, incluyendo al almirante Padilla; Manuela Sáenz fue denominada "La Libertadora del Libertador". En el Palacio San Carlos se lee en una placa con la siguiente inscripción: "Detente, espectador, un momento y mira por donde se salvó el padre Libertador de la patria, Simón Bolívar, en la nefasta noche septembrina de 1828".

(*) General de brigada

Diario El Carabobeño
Historia y Tradición

miércoles, 26 de agosto de 2009

La legendaria Ana de Rojas y los verdaderos Amos del Valle de Caracas


Gerónimo Yerena Cabrera
.
Tercera revisión

Cómo la sexta abuela del Libertador trató de envenenar al Tirano Lope de Aguirre
Cómo se formó la “Dinastía” de las Rojas.
Datos parciales de la genealogía del Libertador
Caracas de Antaño

La dinastía de los verdaderos “amos del valle” en Caracas tiene su origen donde comienza la ascendencia del Libertador en la Provincia de Venezuela: La Isla de Margarita y Cubagua.

Isaac J Pardo (Premio Nacional de Literatura de 1984) en su libro Esta Tierra de Gracia (1) en la parte correspondiente a El domador de potros, refiriéndose a El Tirano Aguirre y los acontecimientos durante su nefasta y criminal estancia en Margarita, refiere lo siguiente sic: “En Margarita no cesan de conspirar. Doña Ana de Rojas trama con el marañon Villena el envenenamiento del Tirano. Descubierta la conjura, escapa Villena, y Doña Ana para en la horca.
Sobre el cuerpo aún palpitante de la mujer, los marañones disparan sus arcabuces y Lope celebra los tiros certeros mientras ordena el estrangulamiento del marido de doña Ana, un viejo valetudinario. El verdugo va a casa del anciano, le da muerte y, de paso, mata también a un sacerdote que le hacía compañía”.

Sobre la muerte de Ana de Rojas, José de Oviedo y Baños (1671-1738), sobrino del obispo Diego de Baños y Sotomayor; en su libro Historia y conquista de la población de la provincia de Venezuela, en el Libro Cuarto capitulo IV, publicado en el año de 1723 (2),relata lo siguiente: “Al día siguiente de haber huido Pedro Alonso Galeas, huyó otro soldado, llamado Alonso de Villena, que era uno de los de su mayor confianza y cómplice principal de sus mayores delitos… Luego de esto hizo ahorcar en el rollo de la plaza a una señora principal de la ciudad, llamada Ana de Rojas, tomando por pretexto para crueldad tan inhumana, el que había sido sabedora de la fuga de Villena.
Además de relatar los detalles de ese horrible acto, José de Oviedo y Baños menciona que el esposo de Ana de Rojas, Diego Gómez de Ampuero, también había tenido parte en la fuga de Villena, lo mando a matar junto con el religioso que lo acompañaba”.

El franciscano español Fray Pedro Simón (1574-1628) en el año de 1612 realizó un viaje por Venezuela, el cual lo inicia en Pamplona (Colombia) , hasta Araya (Estado Sucre, Venezuela), a finales de 1613.En esa ocasión tuvo la oportunidad de indagar hechos recientes de lo ocurrido en la Isla de Margarita, en relación con el Tirano Aguirre y Ana de Rojas. En el año de 1627 Fray Pedro Simón escribió su hermoso libro venezolano: Noticias Historiales de Venezuela (3). Relata Fray Pedro Simón lo siguiente: “descubierta las intenciones de Villena, hizo prender a la señora de la casa donde posaban éstos, la cual se llamaba Ana de Rojas, mujer casada y de muy buen nombre. Y achacándole el tirano que, habiendo sabido los conciertos de Villena, no le había querido avisar, hizo que la ahorcasen…..e igual hizo matar a su marido Diego Gómez y a un fraile, sacerdote de la orden de Santo Domingo, con el mismo argumento que utilizó para matar a su esposa”.

Raúl Díaz Legórburu (Premio de Historia 1981) en su libro La Caracas de Bolívar (4). en el capítulo de La Casa Natal del Libertador relata lo siguiente, sic: Ana de Rojas, de la Margarita, muerta por Lope de Aguirre cuando en un convite auspiciado por Pedro Alonso Galea, confabulado junto con Alonso de Villena para matar al Tirano, trató de envenenarlo.

Interesante y ameno el comentario que hace Francisco Herrera Luque en su Historia Novelada, Los Amos del Valle editada en el año de 1979 (5), En el capítulo 46 titulado: Cuando llegaron Las Rojas. Herrera Luque médico psiquiatra, gran historiador e investigador, cronista y hombre de gran cultura, narra lo siguiente: “Cuando Alonzo Díaz Moreno, llega a Caracas con intención de avecindarse en la ciudad, entra a caballo con su mujer Doña Ana, hija de Ana de Rojas y sus dos cuñadas.
El cautivo Garci-González de Silva al verlas sonreir con jactancia remilgona, afirma retumbante: "Son el vivo retrato de su madre, Doña Ana de Rojas, la hembra más grañida y hermosa que pariera la Margarita”.En relación a este comentario sobre la belleza de Ana de Rojas que hace Herrera Luque, Isaac J Pardo en el capítulo La isla de las perlas, de su libro Esta Tierra de Gracia, al hablar de las mujeres de Margarita, cuando se refiere a Ana de Rojas dice: “El rostro de diosa de Ana de Rojas”. Continua Herrera Luque: allí estaba presente Pedro Alonso Galeas, ahora un hombre notable y no un maldito marañon como lo era antes cuando fue compañero de Lope de Aguirre.
Luego que siguieron sus pasos, después de saludar a Garci González de Silva, Pedro Alonso Galeas comentó: “a mi amigo Don Lope de Aguirre, mal llamado el Tirano, pretendió seducirlo. Lo invitó a un almuerzo de sopa de guacuco, chucho asado y toritos rellenos, susurrándole al oído a cada rato y con singular cadencia: mi tiranillo.
A Don Lope, a quien ninguna mujer le había enseñado el colmillo porque era más feo que Sancho Pelao, los requiebros lo pusieron receloso. Cuando entre melindres y con sus propias manos puso en su plato un pescado, la miró de reojo. Sin que ella se diera cuenta lo echó a un perro. El perro murió entre aullidos lastimeros ¡más vale que no¡ Nunca vi tan fiero a Aguirre!”… lo que continúa es similar a los anteriores.
Lo importante de este relato novelado es la intención de Ana de Rojas de envenenar al Tirano.

Más recientemente (2007) el historiador, poeta, literato y abogado Ramón Urdaneta en su libro Historia Oculta de Venezuela (6) en relación al Tirano Aguirre dice lo siguiente: “En la isla, luego de dar garrote al gobernador Villandrando y ahorcar en el rollo de la plaza a doña Ana de Rojas, porque intenta envenenar a Aguirre , siendo su cuerpo aún palpitante, blanco de disparo de los arcabuces, el tirano ordena a la vez el estrangulamiento de su marido Diego Gómez, un viejo valetudinario”. Como se aprecia, Ramón Urdaneta, un investigador de reputación reconocida mantiene lo dicho por Isaac J Pardo.

En este recuento, aunque, ni Fray Simón ni Oviedo y Baños, mencionan la intención de Ana de Rojas de envenenar al Tirano, basta que personas tan notables como Isaac J Pardo, Raúl Díaz Legórburu , Francisco Herrera Luque y Ramón Urdaneta así lo describan, para darle toda la credibilidad que se merece. Sobre Isaac J Pardo muchos saben que fue médico, empresario, historiador y humanista, pero, quizás pocos conocen que fue uno de los pioneros de la Cirugía de Tórax en Venezuela a finales de la década de los treinta.

¿Quién fue Ana de Rojas?Ana de Rojas “La Legendaria” (1525-1561), fue la sexta abuela del Libertador, su origen está entre Salamanca (España), o posiblemente la Isla de Cubagua, según algunos autores.
De haber nacido supuestamente en Cubagua, se llevaría el honor de ser la primera ascendiente del Libertador en nacer en la Provincia de Venezuela, en caso contrario el honor le corresponde a su hija Ana de Rojas, la cual nació en Margarita. Sus padres fueron Lázaro Vásquez de Rojas, natural de Toledo (España), pariente de Alonso de Rojas, uno de los ochos regidores que fueron designados en Cubagua en el año de 1527(7), lo cual demuestra que para la época del nacimiento de ella, ya los Rojas estaban por esas tierras de gracia, y de ahí la posibilidad de que hubiese nacido en Cubagua y no en España.
Ana de Rojas se casó en Cubagua con Don Diego Gómez de Ampuero. Fue un matrimonio distinguido y de familia muy acomodada en la Isla de Margarita, y el fin trágico de ambos ya ha sido narrado.
Tuvo tres hijas: Ana de Rojas, Francisca de Rojas, y Beatriz de Rojas. Con el matrimonio de las tres hijas de la “Legendaria Ana de Rojas”, comienza la historia de “los amos del valle”:

1º Ana de Rojas, la primera hija, casada en Margarita con Alonso Díaz Moreno (1520-1602) natural de Santa Olalla, Provincia de Huelva, ambos quinto abuelos del Libertador.Beatriz Díaz de Rojas hija de este matrimonio, se casó con Simón de Bolívar “El Mozo” en el año de 1592 y desde entonces comienza la línea paterna directa de los Bolívar en el valle de Caracas, y continúa también con ellos la “Dinastía de los Rojas”.
Alonso Díaz Moreno tiene el mérito, para nosotros los caraqueños, de haber sido el primer ascendiente directo del Libertador que llegó a residenciarse en Caracas (8) y trajo a la Capital a su esposa y a sus dos cuñadas.

2º Francisca casada con Francisco Infante (1518-1590) - el vencedor de Guacaipuro- fue junto con Gonzalo de Osorio, uno de los dos primeros alcaldes que tuvo la ciudad de Caracas, y rico encomendero de Baruta; Francisco Infante y Francisca de Rojas, fueron ascendiente directo de la madre del Libretador y de muchos otros proceres de la Independencia de Venezuela. Esto hace que el Libertador fuera descendiente directo por parte de padre y madre de la "Legendaria Ana de Rojas".

3º Beatriz casada en el año de 1574 con Garci-González de Silva (1546-1626) (9). Sobre Garci-González comenta la historiadora Ermila Troconis (10) lo siguiente, sic: “Garci González de Silva fue otro de los grandes terratenientes del valle: con sobrada razón el historiador J.A. de Armas Chitty lo considera el padre del latifundio en esta región y en zonas circunvecinas”.
Casi todas las tierras adjudicadas por Lozada al primer grupo de conquistadores, fundadores de Santiago de León, con el tiempo pasan a ser propiedad de Garci González de Silva”.Todos en Venezuela conocemos al bello pájaro Gonzalito, familia del Ave Nacional el Turpial y del Tordo Maicero, pero, quizás algunos no sepan que su nombre es de origen caraqueño. La historia es está, Isaac J Pardo (11) comenta de Garci-González de Silva que: “Su fama de valiente y su prestigio guerrero no dejaban lugar a dudas. El penacho del extremeño, de plumas amarillas y negras, era conocido y aclamado en toda la provincia. A tanto había llegado su popularidad que la gente llamaba gonzalito a un pájaro canoro que lucía por las enramadas su plumaje amarillo y negro”. El Turpial, el Gonzalito y el tordo amarillo son fáciles de confundir,sobre todo, para una gran mayoría que no se percatan de los detalles en la diferencia de distribución de los colores.

Los herederos de estos tres encomenderos, con los cuales continúan el linaje de los amos del valle y sus respectivos entronques, todos van a ser parientes del Libertador, y de ahí la influencia tan grande que él tenía entre los "mantuanos" caraqueños.

A finales del siglo XVI la representación de los más destacados hacendados-encomenderos del valle, la historiadora Ermila Troconis (12) menciona a los siguientes personajes:
1. Diego Ladrón de Guevara; 2. Juan Martínez de Villegas; 3. Juan de Ibarra; 4. Juan Mijares de Solórzano; 5. Antonio Mejías de Escobedo; 6. Gabriel de Ibarra; 7. Antonio de Tovar; 8. Manuel Francisco Gedler; .9 Mateo Blanco Infante; 10. Rengifo Pimentel; 11. Domingo Baltasar de Fuenmayor; 12. Juan de Liendo; 13. Agustín Nicolás de Herrera; 14. Miguel Ignacio de Portu; 15. Nicolás Sáenz de la Varguilla; 16. José Salvador Medina; 17. Domingo Fernández Galindo y Sayas.
Junto a los tres anteriores mencionados (Garci-González, Alonso Díaz Moreno y Francisco Infante) que suman veinte, y los nueve primeros que cita Troconis, son doce amos del valle que pertenecen de una u otra forma a la dinastía de las Rojas
¡sin lugar a dudas los verdaderos amos del valle son los que entroncaron con las Rojas y por ende con el Libertador!

Esto coincide con el gran cronista e historiador Arístides Rojas en su trabajo El primer Bolívar, de su libro: Orígenes venezolanos. (13), y también, con Francisco Herrera Luque (14) en el primer capítulo de su libro Los Amos del Valle:

¡Veinte somos los Amos del Valle! .

Para esta trilogía (Caracas de Antaño, Los Amos del Valle, Datos Parciales de la Genealogía del Libertador), nada mejor que recordar lo citado por Isaac J Pardo, en el capítulo del Caudillo, de su libro Esta Tierra de Gracia (15) sobre el comentario que hizo de la “dinastía de las Rojas”, Luis de Rojas quién fue gobernador en el período 1583-89 y el cual no tenía ningún lazo familiar con ellos, a pesar de la coincidencia de su apellido:

“…con muchos hijos y nietos que son la mitad del pueblo y acostumbrados a no ser castigados, porque no me puedo averiguar con ellos a causa de que la Audiencia les hace mucho favor porque son ricos…”

Aún más importante este comentario si tomamos en cuenta la opinión que había de Luis Rojas en esa época, tal como lo menciona Guillermo Meneses (16):“El gobernador Luis de Rojas fue de los primeros peleones, violentos, tiránicos y recalcitrantes” y aún así no pudo meterse con la “Dinastía”.

Con esto queda cubierto tanto el inicio de “Los Amos del Valle”, como el principio de la genealogía del Libertador en nuestra querida y cada vez más maltratada capital.

Me pregunto a veces: ¿Qué diría Francisco Herrera Luque y El Libertador sobre los amos del valle del siglo XXI?

Gerónimo Alberto Yerena Cabrera
correo: yerena.geronimo@gmail.com

Bibiografía.
1.- Isaac J Pardo. Esta tierra de Gracia. Monte Avila Editores.1986. Caracas, p. 157.
2.- José de Oviedo y Baños, libro IV. Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela. Edición Biblioteca Ayacucho 1992, p. 169.
3.- Fray Pedro Simón. Noticias Historiales de Venezuela, tomo II, capítulo XXXVIII. Editorial Biblioteca Ayacucho, p. 259.
4.- Raúl Díaz Legorburu. La Caracas de Bolívar. La casa Natal del Libertador. Gobernación del Distrito Federal. Año cuatricentenario del natalicio del Libertador, p. 87.
5.- Francisco Herrera Luque. Tomo I Capítulo 46. Editorial Pomaire 1979, p. 221.
6.- Ramón Urdaneta. Historia Oculta de Venezuela. Fundur Editores.2007. Nota (190), p. 54.
7.- Arístides Rojas. Orígenes venezolanos. La primera colonia en aguas de Venezuela. Imprenta Nacional, 1972, p. 28.
8.- Gerónimo Alberto Yerena Cabrera. Alonso Díaz Moreno coincidencia con Simón Bolívar “El Viejo”, publicado el día 12 de abril de 2008 en el Blog Venezuela Libre.
9.- Gerónimo Alberto Yerena Cabrera. El Primer Amo del Valle, publicado el 26 de abril de 2008 en el Blog Venezuela Libre.
10.- Ermila Troconis. Caracas, El repartimiento de tierras y solares. Editorial Grijalbo 1993, p. 63.
11.- Isaac J Pardo. Esta tierra de Gracia. Monte Avila Editores. 1084, p. 172.
12.-Ermila Troconis. Caracas, El repartimiento de tierras y solares. Editorial Grijalbo 1993, p. 73.
13.-Arístides Rojas. El primer Bolívar en Caracas. Orígenes venezolanos. Los libros de El Nacional, p.119.14.-Francisco Herrera Luque. Los Amos del Valle. Capitulo 1. Editorial Pomaire 1979, p.15.
15.-Isaac J Pardo. Esta Tierra de Gracia. Monte Avila Editores. 1986, p. 172.
16.-Guillermo Meneses. El Libro de Caracas. Fundarte 1995, p.18.Caracas 15 de febrero de 1998.

Primera revisión, 16 de febrero de 2002.Correos personales.
Segunda revisión,abril 2008, publicada en Venezuela Libre.

martes, 25 de agosto de 2009

Arturo Michelena, "Gloria de la pintura venezolana"

Eumenes Fuguet Borregales (*)

"Miranda en la Carraca" famosísimo cuadro de Arturo Michelena, permite apreciar nuestro "Siempre Precursor" injustamente prisionero en Cádiz, donde sobre un catre se representan momentos finales de su ilustre y compleja vida terrenal. Esta obra clásica nació de los pinceles y tonalidades dadas por el insigne valenciano Arturo Michelena, heredero de artistas. En la calle Díaz Moreno de la ciudad del Cabriales hará constar su nacimiento el 16 de junio de 1863, del matrimonio entre el militar, escultor y reconocido pintor porteño Juan Antonio Michelena, y Doña Socorro Castillo, hija de Pedro Castillo cuyos murales en el Museo Casa de Páez, reflejan insignes acciones bélicas del "Centauro de la llanos". Desde niño Arturo Michelena guiado por la mano maestra de su padre, a quien mostraba sus habilidades y destrezas con el pincel, lápices, las acuarelas y carboncillos, con impresionantes retratos infantiles, murales y dibujos que por su calidad se publicaban en la revista "costumbres venezolanas", editada por Francisco de Sales, quien admirado por la precoz vocación del joven artista tramitó una beca al exterior. Por su genialidad, había elaborado su primer autorretrato con apenas diez años de edad. Su formación artística se engrandece con el tiempo siempre al lado de su padre, cuyo trabajo conjunto produjo una Academia de Arte instalada en Valencia, donde realizan retratos de personas interesadas y obras afines, que le permiten participar en Caracas con el lienzo "la entrega del estandarte del batallón sin nombre", presentada con motivo de las actividades programadas para conmemorar el centenario del natalicio del Libertador; en este concurso Michelena obtiene el Segundo Premio; será su punto de partida para el vertiginoso éxito de su brillante carrera plástica. Una pequeña pensión de sesenta pesos mensuales otorgada por el presidente Joaquín Crespo, permite a Michelena viajar a Paris en 1885 junto al renombrado pintor Martin Tovar y Tovar. Ya en la Ciudad Luz, forma parte de la prestigiosa Academia Julien, donde se codea con Emilio Boggie y Cristóbal Rojas. Serán enseñados con profesionalismo por Jean Paúl Laurens. Suspendida la beca, familia y amigos no abandonaron económicamente a Michelena. Con los conocimientos adquiridos pinta "Leda y el Cisne" en 1887 y participa con su famosa obra L´enfant malade (el niño enfermo), recibiendo la Medalla de Segunda Clase y reconocimiento Hors Concours, el máximo para artistas extranjeros; el Dr. José Gregorio Hernández encontrándose de estudios en la "ciudad luz", al observar la maravillosa obra le dijo a Michelena:"Que bello cuadro para tan triste tema". En 1888 pinta el "retrato ecuestre de Bolívar", hoy colocado en el Salón Simón Bolívar del Capitolio Carabobeño. La prensa francesa y los exigentes críticos de arte mostraban admiración, sobre quien vertieron elogiosos conceptos de su intensa obra. Durante la Exposición Universal de Paris celebrada en 1889 participa con el cuadro "Carlota Corday", logrando la Medalla de Oro; el mismo año pinta "La joven Madre". De Regreso a Venezuela recibe elogios y en señal de alegría por su vuelta a casa, se realizan veladas y homenajes en su honor; el presidente Guzmán Blanco le brindó un acto especial en el Teatro Municipal colocando para la admiración de los asistentes el cuadro "el granizo de Reims". En el terruño natal contrae matrimonio con Lastenia Tello Mendoza el 17 de julio de 1889, sin procrear hijos. Retorna a Francia para mejorar su estilo y participar en renombradas exposiciones. Su creativo pincel elabora en 1890 "Soldados Árabes"; Con "Pentesilea", reina de la mitología de la guerra, participa en 1891 en el Salón de los Campos Eliseos de Paris, obteniendo la distinción de colocar su obra en el Salón de Honor. En 1892 plasma "Las Morochas", la "Vara Rota", donde ilustra la crudeza del mundo taurino y "El Ordeño". Afectado por la tuberculosis regresa a Venezuela en 1889; con las limitaciones de salud, pudo realizar en 1890 "Paisaje del Paraíso de Caracas", varios retratos de amigos, clientes y el de su esposa; importante obra pintada ese año "Vuelvan Caras". Con motivo del centenario del nacimiento del Gral. Sucre pinta "Berruecos". Aficionado a las carreras de caballo pinta en 1896 "El hipódromo de Sabana Grande". Buscando mejor clima se muda a Los Teques en 1897, cuya casa remodelada sirve de sede de la Casa de la Poesía. Pinta en 1893 "El Desván del Anticuario" y el "Paisaje de San Bernardino". En 1897 realiza "La Virgen de las Palomas" y la multiplicación de los Panes y los Peces". Fallece en Caracas en una casa ubicada entre las esquinas de Llaguno a Bolero el 29 de julio de 1898, a la temprana edad de treinta y cinco años, dejando algunas obras inconclusas entre ellas la "Última Cena"en la Catedral de Caracas. Sus restos ingresan al Panteón Nacional, el 29 de julio de 1948. Su esposa dona al estado importante material, que sirvieron para crear en la parroquia de La Pastora un museo en su honor el año 1963, declarado Monumento Histórico Nacional el 31 de marzo de 1977. El estado Carabobo se honra en denominar el principal aeropuerto, así como calles, avenidas, urbanizaciones e instituciones públicas con su nombre; igualmente una universidad privada en San Diego, un Salón y el Premio de Pintura otorgado por el Ateneo de Valencia lo recuerdan. Razón tiene Enrique Bernardo Núñez al mencionar a Valencia como "tierra de pintores".

Diario El Carabobeño
Historia y Tradición
(*) Gral. de bgda
eumenes7@gmail.com

lunes, 24 de agosto de 2009

DE BARBERO CIRUJANO A PRESIDENTE.

Compilador: Julián Viso Rodríguez.

Los venezolanos eran líderes envueltos en conflictos en todas partes. Un buen ejemplo sería Juan José Flores, Presidente del Ecuador en los períodos de: 1830 a 1834; 1835 1839 Y 1843 A 1845. Hijo de Rita Flores y un acaudalado comerciante, Juan José Aramburu, nació en la ciudad de Puerto Cabello, el 17 de setiembre de 1800.

General en Jefe del Ejército Libertador, participó en la Guerra de Independencia de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador. Era persuasivo, amable en el trato, buen jinete y con fama de valiente, de mediana estatura, rostro atractivo y cuerpo bien proporcionado. A los 13 años, se separó de su familia y se dirigió a la ciudad de Valencia, donde la angustia de las privaciones y la miseria lo llevaron a desempeñarse como ayudante de barbería, dedicándose luego a la cura de enfermos y heridos de guerra como practicante de cirugía o barbero sangrador.

Figuró entre los defensores de Valencia en 1814. Con el grado de Alférez en el ejército de Apure, combatió en 1815 en Arauca, y Palmarito y un año más tarde en las batallas de Mata de Miel y de Yagual, además de los combates de Mantecal,Banco Largo y Achaguas.

En 1817 fue ascendido a Teniente y participó en las batallas de Caracoles y Mucuritas. En 1820, ya como Capitán, tomó parte en las campañas de Mérida y Trujillo. Como Teniente Coronel sirvió a las órdenes del General Rafael Urdaneta y en 1821, combatió en Matícorta y en la segunda batalla de Carabobo, luego marchó con Simón Bolívar a la Campaña del Sur.

Fue vencedor de Bomboná el 7 de abril de 1822, año cuando conoció a Manuela Sáenz. Se encargó del Estado Mayor del Ejército Libertador y fue ascendido a Coronel en Cuenca. En 1823, se le confirió el mando civil y militar de la Provincia de Pasto donde libró distintos combates por la emancipación. Contrajo matrimonio con la aristócrata quiteña Mercedes Jijón y Vivanco en 1824, su descendencia llegó a contar 12 hijos.

El 1 de octubre de 1826 Bolívar lo ascendió a General de Brigada. El 15 de julio de 1828 envió una declaratoria de guerra al Perú por sus ataques al Gobierno de Colombia, del cual Ecuador formaba parte. Como Comandante General, Flores constituyó un ejército de 4.000 hombres y lo envió al sur para respaldar al Libertador. Cuando el Mariscal Antonio José de Sucre regresó al Ecuador, Flores lo secundó en la batalla de Portete de Turquí, el 27 de febrero de 1829 y derrotó al ejército peruano del General José de la Mar, por lo que fue ascendido ese mismo día a General de División.

El 13 de mayo de 1830 cuando se decidió la separación de Ecuador de la Gran Colombia, Flores fue encargado del mando supremo de dicha nación, hasta el establecimiento de una Constituyente.

El estigma de la traición humedeció su historia al verse involucrado con Obando y Morillo en el asesinato de Antonio José de Sucre. El General Flores, compadre del Gran mariscal de Ayacucho, se encontraba en la hacienda Pomasquí, lo que fue calificado como una acción deliberada de su parte, sin embargo, se ha asegurado, que se encontraba recuperándose de una enfermedad que lo mantenía en estado lamentable.

El 30 de mayo de ese año ganó las elecciones y fue declarado Presidente de la nueva nación. Enfrentó varios alzamiento militares; la oposición a Flores se debió a la pobreza que se vivía en Ecuador en ese tiempo, la quiebra fiscal, la ausencia de circulante, la creciente presencia de venezolanos y colombianos en altos cargos, el fallido intento de recuperación del Cauca y el gran lujo que desplegaba el propio Presidente.

Era inteligente y talentoso, amante de la literatura y ganado a escribir poemas, de hecho, se le atribuye la autoría del segundo Himno Nacional del Ecuador y de un libro de versos que tituló,”Ocios Poéticos”. Los restos del padre de la patria del pequeño país reposan en la Catedral de Quito, irónicamente, muy cerca de los restos del Gran Mariscal de Ayacucho.

Bibliografía:
Enfermos de Libertad.Freddy Rodríguez Sánchez.Iván Soltero Ediciones.
2004.pp: 323.

viernes, 21 de agosto de 2009

O´LEARY…El Cuarto Evangelista del Libertador

EumenesFuguet Borregales (*)

Daniel Florencio O´Leary, Ilustre prócer de la independencia americana, edecán y biógrafo del Libertador, nació en la población de Cork-Irlanda el 14 de febrero de 1800; a finales de 1817, se alistó en Londres con otros oficiales y voluntarios que escucharon el llamado y el entusiasmo del doctor Luís López Méndez por la emancipación americana; este grupo salió comandado por el coronel Henry Wilson en diciembre de ese año en la corbeta Prince, llegando a Angostura en marzo de 1818; O´Leary llegó con el grado de Alférez del Regimiento de Caballería de los Húsares Rojos. El contingente formado por veinte oficiales y 100 soldados, fue enviado a los llanos apureños a las órdenes del impertérrito “Centauro” José Antonio Páez. En Achaguas obtiene su primer ascenso a teniente; el 27 de marzo recibe su bautizo de fuego en el combate del Trapiche de Gamarra contra la vanguardia de Morillo, su valor le merece el ascenso a capitán. O´Leary, se destaca como edecán del general José Antonio Anzoátegui en la Campaña de la Nueva Granada que la libera el 7 de agosto de 1819 con la grandiosa batalla del Puente de Boyacá; durante la realización de dicha campaña resultó herido en el combate de Pantano de Vargas; el 25 de julio; O´Leary fue designado ayudante de Anzoátegui, cargo ejercido hasta el 15 de noviembre de 1819 cuando éste muere en Pamplona; a partir de esa fecha realiza iguales funciones con el Libertador y en noviembre de 1820 durante la realización de los Tratados de Trujillo, O´Leary, se desempeña como secretario del general de brigada Antonio José de Sucre. Antes y durante la campaña de Carabobo se destacó como ayudante de campo del Libertador. A finales de 1821, es enviado a Panamá para movilizar un cuerpo de infantería en refuerzo del ejército del general Sucre en Guayaquil para la realización de la campaña de Quito que concluye el 24 de mayo de 1822 con la batalla de Pichincha, que dio la libertad a la provincia de Quito; la actividad desplegada por O´Leary le hace acreedor al grado de teniente coronel. Logrado el triunfo en el combate de Ibarra el 17 de julio de 1823, este joven oficial es ascendido al grado de coronel y llamado de nuevo por Bolívar para acompañarlo durante su permanencia en el Perú a quien brindó sus servicios en la ayudantía durante diez años interrumpidos; O´Leary en sus acciones aplicaba su talento, persuasión, patriotismo, lealtad y tacto político. Se casa en Bogotá el 21 de febrero de 1828 con Soledad Soublette, hermana de Carlos, distinguido paladín de la emancipación; por cierto uno de sus hijos lo bautizó con el nombre de Simón Bolívar O´Leary Soublette. Durante el conflicto Perú-Ecuador, participó a las órdenes del general Sucre en la batalla del Portete de Tarqui el 27 de febrero de 1829, allí es ascendido a general de brigada; continúa con Bolívar durante sus últimos meses. O´Leary no se encontraba en Santa Marta el día de la muerte, apenas llegó a tiempo para el entierro el 21 de diciembre en la catedral de Santa Marta. El sentimiento de la desaparición física de su entrañable amigo y jefe, lo motivan en Jamaica a continuar recopilando con los compañeros y amigos, material que al organizarlos formaría sus famosas “Memorias”; en 1835 visitó en La Coruña al general Pablo Morillo, quien le donó el material bibliográfico que había capturado durante casi seis años de permanencia que tuvo en Venezuela. En 1833 es designado para cumplir funciones diplomáticas en España, Francia e Inglaterra en la búsqueda del reconocimiento oficial de la independencia de Venezuela. En 1837 realizó gestiones ante el Vaticano para lograr un Concordato entre la Santa Sede y nuestro país. Regresa en 1840 para realizar funciones diplomáticas por parte de la Gran Bretaña como cónsul en Puerto Cabello; el año 1843, es transferido para Bogotá a continuar funciones diplomáticas como Cónsul General. O´Leary muere en Bogotá el 24 de febrero de 1852. Sus hijos donan el material recopilado al presidente Antonio Guzmán Blanco, quien ordena publicarlas con motivo del centenario del nacimiento de Bolívar en 1883 con el titulo de “Memorias del general O´Leary”, verdadero tesoro para conocer nuestra Venezuela heroica, recopilada por uno de sus protagonistas. El Ministerio de la Defensa las reeditó en 1992. Los restos de este luchador irlandés se encuentran en el Panteón Nacional desde el 10 de abril de 1882; en Cork su ciudad natal se conserva con respeto y admiración la casa natal de este voluntario. El batallón del Cuartel General del Ejército lleva su ínclito nombre. Los otros evangelistas o historiadores del Padre de la Patria son: Ramón Azpúrua, natural de San Carlos, el sacerdote y general de división José Félix Blanco y el caraqueño Felipe Larrazabal. Las “memorias de O´Leary”, constituyen su propio monumento por su aporte a la independencia y por dejar para la posteridad el importante material recopilado. El Libertador al referirse a este paladín dijo: “Usted tiene el valor, talento y todo lo demás, no desconfío un momento del buen éxito”.
*general de brigada
eumenes7@gmail.com

La Paloma: Una canción que ha hecho historia

Una canción ha conquistado el mundo. Existen miles de grabaciones, se canta desde hace 150 años en todo tipo de acontecimiento, desde casamientos, pasando por la política hasta entierros: La Paloma.

Es la canción más interpretada del mundo. En Tanzanía es la canción que alegra los casamientos, en Rumania acompaña el lamento en los entierros y en Alemania es la canción de las fiestas. Los lectores del diario alemán de masas Bild la eligieron en 2003 como el "hit del siglo".
Un documental alemán que se estrenó el 26 de junio de 2008, en un principio en tres idiomas, alemán, inglés y español, sigue las huellas que la melodía ha dejado en todo el mundo. El filme, de una hora y media de duración, muestra interpretaciones de La Paloma pespuntada con todo tipo de ritmo, desde la clásica habanera, pasando por el tango hasta una versión pop de Elvis Presley.
Ya antes de la salida de la película a carteleras se ha publicado en Alemania un libro con cuatro CD y se prepara una colección de grabaciones que abarcará muchos más. La Paloma está hoy más que nunca en boca y en los oídos de todos.

La Paloma global

La Paloma se adelantó a la globalización, en una era en la todavía faltaba más de un siglo para la irrupción de Internet. Según los estudiosos, la canción fue compuesta y escrita alrededor de 1860, si bien no existe unanimidad con respecto a la fecha exacta, por el músico español Sebastián de Iradier y Salaverri, nacido el 20 de enero de 1809 en Lanciego, Álava y murió en 1865 en Vitoria. El autor no vivió para conocer la trascendencia que iba a tener su canción.
Iradier comenzó su carrera musical en Madrid, donde colaboró con diferentes zarzuelas. La vida lo llevaría más tarde a París, donde fue profesor de canto de la emperatriz Eugenia de Montijo, condesa de Teba, esposa de Napoléon III. Luego de una visita a La Habana compuso la canción que lo inmortalizaría: La Paloma. La melodía de inmediato corrió como reguero de pólvora. En muchos países, partiendo de México y España, pasando por Hawaii, hasta Alemania, Rumania e incluso Zanzibar, la canción tiene hoy estatus de melodía tradicional.

¿Cuál es el secreto de canción?

¿Por qué mueve a tantos seres humanos de las más diferentes culturas a derramar lágrimas? Seguramente una de las claves es la combinación de su melodía sencilla y pegadiza, pero sumamente original, con temas universales como la separación, la soledad, el amor y la muerte. En la mayoría de los paises que se conoce la canción piensan que es suya.

El nuevo documental alemán, con el título, cómo podía ser de otra manera, de "La Paloma, intenta desvelar el secreto de la canción. En el filme se llega a la conclusión que otra de las claves de su irresistible éxito es su capacidad de adaptación. La Paloma siempre va bien. En Hamburgo se cree que es una canción marinera y se la toca en casamientos. Justamente en esa ciudad portuaria, La Paloma marcó un récord mundial que le valió una entrada en el Libro Guinness de los Récords: el coro más grande del mundo, compuesto por 88.600 personas, la cantó allí el 9 de mayo de 2004.

Entre los cantantes famosos que han interpretado La Paloma se cuentan Joan Baez, Maria Callas, Bing Crosby, Julio Iglesias, James Last, Dean Martin, Mireille Mathieu, Nana Mouskouri, Charlie Parker, Luciano Pavarotti, Pérez Prado & su orquesta, Elvis Presley (con el nombre "No More"), Caterina Valente, Billy Vaughn y Harry, Sara Montiel, Belafonte y tantos otros.

El libro "La Paloma" acaba de ser editado en Hamburgo, por la editorial Marebuchverlag y contiene textos de diversos músicos alemanes, 120 fotos a color y una discografía comentada de La Paloma en versiones clásicas, de jazz, pop, rock y música popular.

Letra de La Paloma (public domain)


Cuando salí de la Habana
¡Válgame Dios!
Nadie me ha visto salir
Si no fui yo.
Y una linda Guachinanga
como una flor,
Que se vino tras de mí,
que sí señor.

Refrán:

Si a tu ventana llega
Una paloma,
Trátala con cariño
Que es mi persona.
Cuéntale tus amores,
Bien de mi vida,
Corónala de flores
Que es cosa mía.
¡Ay! chinita que sí!
¡Ay! que dame tu amor
¡Ay! que vente conmigo,
Chinita, adonde vivo yo


El día nos casemos
¡Válgame Dios!
En la semana que hay ir
Me hace reír
Desde la Iglesia juntitos,
Que sí señor,
Nos iremos a dormir,
Allá voy yo.

(Refrán)

Cuando el curita nos eche
la bendición
En la Iglesia Catedral
allá voy yo

Yo te daré la manita
con mucho amor
Y el cura dos hisopazos
ue sí señor

Cuando haya pasado tiempo
¡Válgame Dios!
De que estemos casaditos
pues sí señor,
Lo menos tendremos siete
Y qué furor!
O quince guachinanguitos
Allá voy yo

jueves, 20 de agosto de 2009

Balada del Preso Insomne

Leoncio Martínez («Leo»)
(1888-1941)

Estoy pensando en exilarme,
en irme lejos de aquí
a tierra extraña donde goce
las libertades de vivir:
sobre los fueros: hombre-humano
los derechos: hombre-civil.
Por adorar mis libertades
esclavo en cadenas caí:
aquí estoy cargado de hierros,
sucio, famélico, cerril,
enchiquerado como un puerco,
hirsuto como un puerco-espín.
Harto en el día de tinieblas
asomo fuera del cubil
bien la cabeza, bien un ojo,
bien la punta de la nariz;
temeroso de un escarmiento,
encorvado, convulso, ruin,
-como ladrón que se robase
sólo el reflejo de un rubí-
por mirar brillando en el patio
el claro sol de mi país.

II
¡Sol para iluminar ensueños
de vastos campos sin confín,
del cielo abierto a la esperanza
de las alas tendidas. Y
aquí alumbra torvas miserias,
venganzas crueles, odio vil
y un dolor que no acaba nunca
ante otro dolor por venir...
¡Oh la bendita tierra extraña
donde nadie sepa de mí!,
a donde llegue de atorrante
sin ambiciones de Rothschild
con la mediocre burguesía
de que me dejen existir!
Hablaré mal en otro idioma,
comeré bien otros menús,
y alguna tarde arrellanado
en mi sillón de marroquín,
viendo a través de los cristales
un cielo de invierno muy gris,
pensaré en los muertos amados,
en los amigos que perdí,
en aquella a quien quise tanto
con la vesania juvenil
de cuando iluminó mis sueños
! el claro sol de mi país !

III
Estoy pensando en exilarme,
me casaré con una miss
de crenchas color de mecate
y ojos de acuático zafir;
una descendiente romántica
de la muy dulce Annabel Lee,
evanescente en las caricias
y marimacho en el trajín,
y que me adore porque soy
tropical cual mono tití...
que me pregunte ingenuamente
—¡y yo no la habré de desmentir!—
cómo es cierto que en Venezuela
los coches de la gente chic
los tiran parejas de tigres,
de tigres «tamaños así...»
(y la altura de un elefante
marcará su mano pueril).
¡Qué fantasías desarrolla
el claro sol de mi país!

IV
Mis hijos han de ser gimnastas
con el ímpetu varonil
de quien tiene libres los músculos
libres el pensar y el sentir,
pues nacerán en tierra extraña
y no en la tierra en que nací;
y mis nietos, gigantes rubios,
de cutis de cotoperiz,
bíceps y espíritus de atletas
con volubilidad infantil,
puede que sí se me parezcan,
tal vez tengan algo de mí:
la realidad de mis ensueños,
la mentira de mi sufrir.
¡Pero en vano entre sus cabellos
hundiré mi mano febril,
echaré hacia atrás sus cabezas
y buscaré, sin conseguir,
en el fondo de sus miradas
el claro sol de mi país.

V
Y cuando ya, siempre extranjero,
descanse más libre por fin,
y tenga lo que a mi me niegan:
la libertad del buen dormir,
en un cementerio evangélico,
cubierto por el cielo gris,
allá que no hay flores al año
sino una vez, mayo o abril,
a falta de la cruz de té,
del nardo, la rosa o el lys,
colocarán sobre mi tumba,
grabado a rasgos de buril,
un versículo de la Biblia
o algunas coronas de zinc.
Y ya muchos años más tarde,
muy cerca del año 2000,
mis nietos releyendo las fechas
de mi muerte y cuando nací,
repetirán lo que a sus padres
cien veces oyeron decir:
—¡y le darán cierta importancia!—
«el abuelo no era de aquí,
»el abuelo era un exilado,
»el abuelo era un infeliz,
»el abuelo no tuvo patria,
»no tuvo patria... ¡Y ellos sí!

VI
¡Ay, quién sabe si para entonces,
ya cerca del año 2000,
esté alumbrando libertades
el claro sol de mi país!

martes, 18 de agosto de 2009

“LA SOCIEDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA”

Eumenes Fuguet Borregales (*)

El 9 de febrero de 1842, el presidente Páez, solicita al Congreso, traer desde Santa Marta, los venerados restos del Libertador; el 30 de abril se decreta el traslado hasta la Catedral de Caracas. El general en jefe Rafael Urdaneta, paradigma de máximas virtudes ciudadanas, reúne un grupo de personalidades civiles y militares, para crear un centro de permanente consagración a la memoria del “Padre de la Patria”, con la denominación de “Gran Sociedad Boliviana de Caracas”; a tal fin se organiza una Junta Directiva presidida por su fundador, el “Siempre leal”, Ministro de Guerra y Marina, la Vice Presidencia la ocupa el Dr. Tomás Sanabria, otros cargos los ocuparon José María Vargas, Gral. José María Carreño, Dr. Diego Bautista Urbaneja y Feliciano Palacios entre otros. Esta Sociedad como un ente privado, activada para el rescate de la proyección de la, obra y acción del mas grande de los americanos, se funda el 28 de octubre de 1842, día de San Simón; realiza su primera reunión el 14 de noviembre de ese año; en esa memorable ocasión Urdaneta dijo:”…Nuestro objeto, es contribuir a la perpetuidad del renombre y fama de aquel ilustre caudillo de la libertad Suramericana”. El 31 de agosto de 1843, se sanciona el reglamento que establecía: celebrar los días 28 de octubre de cada año, el onomástico del Libertador, contribuir a la perpetuidad de su nombre y fama, establecer sociedades filiales en toda la República y en los países bolivarianos. En varias ciudades del interior se fundaron instituciones similares: En Barcelona el 7 de mayo de 1843, Trujillo 29 de mayo de 1843, Barquisimeto 8 de octubre de 1843, San Carlos 29 de octubre de 1843 y Valencia en 1843, contando como secretario a Fernando Bolívar, sobrino del “Padre de la patria”. Con la muerte de Urdaneta el 23 de agosto de 1845 y los cambios políticos en el país, la Sociedad, entra en decadencia. En 1930 con motivo del centenario de la muerte del libertador, se trató de reactivar la institución. Un baluarte importante fue el coronel Carlos Sánchez, quien retoma el 28 de octubre de 1932, la responsabilidad de la institución en forma exitosa hasta el 17 de marzo de 1936; la Sociedad funcionaba con carácter privado hasta el mes de marzo de 1938. El presidente de la República, general en jefe Eleazar López Contreras, historiador apasionado, emite el Decreto del Ejecutivo Nacional Nro 19.526 de fecha 23 de marzo de 1938, dándole la denominación de “Sociedad Bolivariana de Venezuela” con sede principal en Caracas y sedes en la capitales de estados y territorios federales. El primer considerando del decreto dice: “Que el pueblo de Venezuela, alienta indestructibles sentimientos de gratitud hacia los fundadores de la Patria, y motiva al Gobierno Nacional estimular ese culto, mediante la creación y tutela de instituciones que tengan por objeto expreso, el honrar la memoria de aquellos varones meritísimos, de tal manera que los ideales generosos que ellos sustentaron, encuentren forma y correspondencia en la realización de beneficios directos para la República”. La Sociedad Bolivariana de Venezuela, como un ente apolítico, funciona en todos los rincones del país, en los países bolivarianos y en muchas ciudades del mundo; es la única institución que conmemora con cívico fervor el 28 de octubre, Día de San Simón, como fecha onomástica del Libertador. Ha tenido como presidentes a personalidades de la talla de: Vicente Lecuna, Monseñor Nicolás Navarro, Cristóbal Mendoza, Luís Villalba Villalba, Mario Briceño Perozo, Ismael Puerta, Manuel Vicente Magallanes, Joaquín Indriago y Vinicio Romero, por mencionar algunos historiadores preocupados en enaltecer la noble misión de la institución histórica. Cada Junta Directiva tiene una permanencia de tres años, pudiendo ser reelegidos. Para ingresar a la institución histórica, se requiere ser mayor de dieciocho años, profesar los ideales bolivarianos y demostrar su identificación con la sociedad. El actual presidente es el coronel (Ej.) Arturo Castillo Machez, acompañado de un eficiente y voluntarioso equipo de trabajo. En 1970, se activaron las sociedades bolivarianas estudiantiles, con la finalidad de inculcarles a los jóvenes estudiantes, el pensamiento de nuestros paladines emancipadores. La sede nacional está ubicada en Caracas entre las esquinas de Traposos a San Jacinto, al lado de la Casa Natal, en Valencia funciona en La Casa de Páez, siendo activada en 1960 por Monseñor Gregorio Adam. La segunda estrofa del Himno de la Sociedad Bolivariana reza:
“Aquí tenga la mística un templo-Y Bolívar espléndido altar-donde siga orientando su ejemplo-a los pueblos que dio libertad"
(*) General de brigada (Ej.) eumenes7@gmail.com

domingo, 16 de agosto de 2009

El Testamento del General Antonio José de Sucre

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Don Simón Rodríguez, nos dejó el axioma: "Los hombres no nacen cuando empiezan a ver la luz, sino cuando ellos empiezan a alumbrar con luz propia". La vida del general en Jefe Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, cual balanza de la justicia estuvo signada por la desgracia y la gloria; la primera por el martirio y sacrificio de su madrastra y hermanos; la gloria por sus espectaculares triunfos en Pichincha, "Cima de la Libertad" el 24 de mayo de 1822, y Ayacucho, "Cumbre de la Gloria Americana", el 9 de diciembre de 1824, para completar la gran tarea emancipadora.

La vida de nuestro egregio paladín cumanés fue tan corta, que podemos decir que vivió apenas un día, pues nació un 3 (febrero de 1795), y fallece vilmente asesinado en la montaña de Berruecos un 4 (junio de 1830). Su fructífera existencia la resumimos en una verdadera lección de: magnanimidad, patriotismo, honestidad, capacidad de táctico y estratega, diplomático, magistrado, periodista, educador, severo y estricto en el cumplimiento y aplicación de las leyes, probo en el manejo de los fondos públicos, digno representante de la juventud venezolana.

Unica persona a quien el Libertador escribiera una biografía: "Resumen sucinto de la vida del general Sucre". Recibió junto al coronel Simón Bolívar el bautizo de fuego cerca de Mariara en tierras gloriosas carabobeñas el 22 de julio de 1811, ambos a las órdenes del generalísimo Miranda. "Maestro de Libertadores".

Invitado para asistir como diputado al Congreso Admirable a realizarse en Bogotá el 20 de enero de 1830; Sucre procedió a elaborar su voluntad testamentaria, entregada el 10 de noviembre de 1829, previamente cerrada con tres sellos al general ecuatoriano Vicente Aguirre, su oficial de confianza:
1ro. En mi mujer legítima, Mariana Solanda, tengo una sola hija, Teresa que ha cumplido cuatro meses de edad, por lo que mi mujer no está embarazada.
2do. Si yo muero estando viva mi hija, es mi sola y única heredera, con excepción del tercio y quinto de mis bienes.
3ero. En el Caso de que mi mujer sea mi heredera, el quinto de mis bienes lo tomará mi ayudante coronel Pedro Alarcón, y se le distribuirá en los términos que le prevengo en una Memoria separada que le dejo y que se observará puntualmente. El tercio de mis bienes se repartirá igualmente entre mis ocho hermanos legítimos: José María, Jerónimo, Margarita, Manuela, José Manuel, Juan Manuel, Magdalena y Rosario.La distribución por partes exactamente iguales, le encargo a mi hermana Jerónima, que cumplirá con fidelidad.
4to. Las muy pocas mandas que prevengo las cumplirá Alarcón de mi quinto.De mis bienes se separará la espada que me regaló el Congreso de Colombia como premio por la Batalla de Ayacucho, y que se entregará al General Bolívar, en señal de gratitud por los servicios que ha hecho a mi patria.
5to. Mi hija o mi mujer, elegirán entre mis bienes lo que ellas gusten para su herencia, y puesto que a la primera nada reservo, comprende este artículo a la segunda.
6to. Mis bienes consisten en mi casa, que antes fue del marqués de Villarrocha, y que con lo que dejo para su conclusión me cuesta veinticuatro mil pesos, de los que 5.320, son a censo y pertenecen por una capellanía legal a mi mujer, a cuyo nombre se compró la casa, estando yo en Bolivia. 18.400 pesos que me reconoce a censo La Hacienda de Santiago, perteneciente a los señores Zaldumbides. 600 pesos de unos negros de mi propiedad que están en Esmeraldas. Mil pesos que vale mi cantina de plata. 12.000 pesos en plata que tengo en poder de Don Lucas de La Cotera, residente en Bolivia, 6.000 pesos que me debe el señor Cristóbal de Armero, por los arrendamientos de la Hacienda de la Huaca, en los años 1827 y 1828, que rebajados algunos picos que dice él que tiene que cargarme, quedará lo menos a mi favor 5.300. Y doscientos seis mil y pico de pesos en que está tasada mi hacienda en La Huaca, situada en el Valle de Chancay, del departamento de Lima, siendo este su valor el año 1825 y sin comprender las mejoras que haya tenido hasta ahora.
7mo. Mi herencia paterna y materna y nos 20.000 pesos que había prestado al gobierno de Colombia por medio de mi apoderado en Guayaquil no se cuenta en mis bienes, porque los he cedido desde años pasados a mis hermanos, que deben estar en posesión. 8vo. Mi cantina de plata, y las prendas de oro y plata, que hay en mi equipaje, las tomará mi ayudante Alarcón, también tomará lo que le guste de mi equipaje, repartiendo el resto entre mis criados. Mi buena papelera la dejo a Carlos Aguirre, a quien se le entregará.
9no. No debo cantidad alguna a nadie. Tenía una cuenta pendiente con mi ayudante el coronel Alarcón, y le he dado una libranza para que mi apoderado en Lima se la cobre de toda preferencia con los productos de La Huaca, de este año o del que viene. 10mo. Nombro por mis albaceas a los señores general Vicente Aguirre, y Coronel Pedro Alarcón. mientras se haga la distribución de mis bienes. Si mi hija vive, será mi mujer la tutora mientras no se case; si mi mujer se casa, será el tutor de mi hija el coronel Alarcón. Conocida la falta muerte, del "Abel de América", el testamento fue abierto ante los testigos el 19 de junio de 1830; la viuda no pudo asistir por enfermedad, siendo representada por el Comandante José Andrade.

Razón tenía Mariana al decir: " Corazón más puro que el de Sucre, no ha palpitado en pecho alguno".

(*) Gral de Bgada.
eumenes7@gmail.com

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sábado, 15 de agosto de 2009

Juan Manuel Cagigal, fundador de los estudios de matemática en Venezuela

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Este valioso venezolano contribuyó con sus conocimientos adquiridos en Europa a elevar la calidad científica, humanísticap y cultural en la época post independentista; contemporáneo del doctor José María Vargas y Agustín Codazzi; constituyeron una verdadera trinidad del saber. Cagigal (algunos historiadores lo escriben como Cajigal), nace en Barcelona el 10 de agosto de 1803, hijo de Don Gaspar de Cajigal y Doña Matilde Odoardo. Huérfano de padre en 1810 recibió la manutención de su tío el general realista Juan Manuel Cagigal y Niño (1754-1823), llegado a Venezuela en 1799 capitán general de la provincia de Venezuela en 1814, que por sus conocimientos, disciplina y sentimientos humanitarios fue uno de los más ilustres militares que defendieron en Venezuela la causa de España; no debe confundirse con el general español con quien Miranda realizó operaciones militares y fue su edecán llamado Juan Manuel Cagigal y Monserrat. A mediados de 1816 el general Pablo Morillo reemplaza al Gral. Cagigal quien sale por La Guaira con su esposa Mercedes Ponte llevándose al joven Juan Manuel hacia España, proporcionándole una educación de calidad primero como cadete del Cuerpo de Húsares Montados y luego en la prestigiosa Universidad de Alcalá de Henares, completada en 1823 con estudios superiores realizados en la Escuela Politécnica de Puentes y Calzadas de Paris y en el Colegio de Francia. Sus estudios incluían la literatura, química, periodismo, artes plásticas. Juan Manuel se destacó tanto en su formación, que le ofrecieron cargo de profesor de matemáticas en Paris en 1828, fecha de regreso a Venezuela, ofreciendo sus servicios al brillante doctor José María Vargas, designado el 24 de junio de 1827 por el Libertador primer Rector de la Universidad Central de Venezuela, antigua Real y Pontificia Universidad de Caracas. El ministro de educación José Rafael Revenga envía la solicitud a Bogotá, la recomendación de Vargas decía: "Por una de aquellas casualidades venturosas al país, se ha presentado entre nosotros Juan Manuel Cagigal, joven inflamado con el noble deseo de ser útil a su patria, cuya historia y capacidad probada por todos los medios, son el mejor criterio en estas indagaciones, hacen de él un precioso hallazgo para el país y lo presentan como el mas calculado para llenar el objeto indicado". Al no recibir respuesta a tiempo nuestro biografiado se dirigió a Cumaná para arreglar asuntos personales y cumplir funciones de Secretario del impetuoso general José Francisco Bermúdez jefe militar de aquella provincia. El Congreso Constituyente reunido en 1830 en Valencia, decretó el 14 de octubre establecer en Caracas una Academia Militar y de Matemáticas, con la misión de formar hombres capacitados en este quehacer tanto para el campo civil como para el militar con edades comprendidas entre quince y veinte años. La Academia inicia sus actividades el 4 de noviembre de 1831 teniendo a Cagigal como su primer Director y fundador de los estudios superiores en esta área del saber. Con sus escasos peculios pudo adquirir telescopios y material para los estudios científicos de la Academia con prestigio internacional logrado en tan corto tiempo; igualmente Cagigal dejó sentada las bases para la activación de un Museo de Historia Natural. En Caracas causaba preocupación la tala de los bosques del Ávila que amenazaba con secar las fuentes del Catuche, proveedoras del esencial líquido a la capital, por lo que Vargas, Carlos Machado y Cagigal presentaron en 1838 a la municipalidad un interesante proyecto de resguardo al imponente cerro. El general Páez al tratar en su autobiografía lo referente a la instrucción pública y a la obra de Cagigal como maestro y director de la Academia Militar y de Matemáticas dijo:"de aquel plantel han salido los hombres que en Venezuela se han distinguido en ese ramo". Cagigal permaneció diez años como director de la Academia, llegando a formar doscientos tres agrimensores y de estos cuarenta ingenieros militares; La Academia funcionó hasta 1872, instituto novedoso para su época; la enseñanza se distribuía en bienios. Aparte de las materias militares, matemática, geometría, topografía, dibujo, cálculo, diferencial y trigonometría, se impartía igualmente Gramática, retórica y filosofía para incrementar la cultura general de los alumnos. Cagigal había visitado la Academia Militar de West Point, en tal sentido le escribe al Gral. Soublette:"Que teniendo la oportunidad de asistir a los exámenes de la Academia de West Point, noto que nuestros estudios matemáticos son superiores". Fue parlamentario en 1833 y 1835. Su capacidad de ingeniero le permitió realizar estudios de la conveniencia de una carretera entre Caracas y los Valles de Aragua, recomendó una vía férrea entre la capital y La Guaira. Escribió valiosos documentos sobre la Mecánica Elemental, Astronomía y aspectos científicos: fallece este insigne paisano y sabio barcelonés "fundador de los estudios matemáticos en Venezuela" en Yaguaraparo el 10 de febrero de 1856. Un monumento con su egregia figura fue colocado en el segundo patio de la antigua Universidad Central de Venezuela, actual Palacio de las Academias según decreto del 15 de septiembre de 1881 del presidente Guzmán Blanco; en el primer patio se encuentra el monumento dedicado al Dr. José María Vargas. Los restos de Cagigal se encuentran en la iglesia de San Juan de Dios en La Guaira.

(*) Gral. de Bgda
eumenes7@gmail.com

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jueves, 13 de agosto de 2009

Bolívar. El Loco de Casacoima

Eumenes Fuguet Borregales (*)
El 4 de julio de 1817, el Libertador vivió uno de sus momentos más difíciles, cuando casi rodeado por las fuerzas realistas, su integridad física corrió inminente peligro. Liberada parte de la vasta e importante región de Guayana el 11 de abril de 1817, gracias a la exitosa actividad del general Manuel Piar en la batalla de San Félix, donde funcionó exitosamente el binomio soldado-indio; los primeros con la caballería e infantería y los segundos con lanzas y flechas. En la población oriental de El Chaparro Bolívar recibe la fausta noticia del triunfo, procediendo a apurar su marcha hacia Angostura. Luego de su llegada el 27 de abril, el 2 de mayo felicita a los bravos soldados y asciende a Piar a general en jefe, siendo uno de los once oficiales que ostentaron el máximo grado militar en la Venezuela heroica. Con la finalidad de lograr el total dominio de la región y la libre navegación por el Orinoco, el Libertador se dedica a organizar las fuerzas para eliminar la poderosa flota realista y completar el asalto a las fortificaciones de Angostura y Guayana la Vieja. El sacerdote y general caraqueño José Félix Blanco comandante de la Misiones del Caroní, la cuales comprendían veintinueve comarcas con una población de veinte mil habitantes, proporcionaba mulas, caballos y alimentos para el apoyo de las operaciones. Por disposiciones del máximo jefe, el almirante Luís Brión fundador de la Infantería de Marina y del Almirantazgo, zarpa el 31 de mayo de 1817 de Pampatar en dirección desembocadura del Orinoco, con su flota integrada por ocho buques, entre bergantines y goletas y cinco flecheras, bien armadas y tripuladas, se encontraba como segundo jefe el margariteño Antonio Díaz. Bolívar había ordenado al general Arismendi, construir flecheras en Boca de Tablas del Caroní sector San Miguel, para reforzar la flota de Brión, supervisados por el porteño Agustín Armario, utilizando los indios caribes expertos navegantes en el "río Padre", y fortificar la ensenada del Cabrián. El cuartel general republicano se encontraba cerca de Guayana la Vieja en un trapiche ubicado en el sector de Casacoima (hoy municipio con dicha denominación). Calculando la aproximación de Brión, el Libertador dispone que cuatro flecheras se movilicen desde el apostadero de San Miguel hacia las bocas del Orinoco; en esas embarcaciones se trasladan: Bolívar, Carlos Soublette, Jacinto Lara, Juan Bautista Arismendi y su hijo Miguel, Pedro Briceño Méndez, miembros del estado mayor y pocos soldados. Desde las fortificaciones enemigas en Guayana la Vieja, observan el movimiento procediendo a dispararles y perseguirlos con seis lanchas cañoneras; estas fuerzas superiores obligan al Libertador dirigirse velozmente hacia el caño Boca Negra en la orilla derecha del Orinoco. Casi rodeados por los atacantes, para salvar sus vidas optan por lanzarse al estero lleno de lodo y matorrales para esconderse. Los realistas capturan las flecheras y pasan a cuchillo a los tripulantes. El bravo oficial caroreño Pedro León Torres con dos oficiales, logra evadirse de la zona y con refuerzos permite la retirada de los atacantes. En horas de la noche milagrosamente salvados y enlodados llegan al Trapiche de Casacoima. Bolívar quien se había desprendido de las ropas para poder movilizarse en el pantanal presentando un estado febril, recibe una bata y luego de consumir bebidas calientes, pronuncia unas palabras en forma incoherentes; entre otras cosas dijo: "Perdí mi uniforme, pero estoy a gusto con esta bata que ustedes me han regalado. Sin embargo más complacido estaré mañana cuando me estrene la hermosa camisa de corteza marina que me regaló un cacique. Debemos estar felices, porque el almirante Luís Brión está cerca y todo este territorio en que estamos va a ser liberado, y entonces se salvará Venezuela y la Nueva Granada, y yo los conduciré a todos ustedes a libertar también a Quito, Perú y a todo el Continente Americano, allí llevaremos nuestros pendones victoriosos, el Perú será libre". Los oficiales presentes, mirándose unos a otros pensaban que es el delirio febril que lo hizo hablar de esta manera y que no estaba en sus cabales. Dionisio asistente de Bolívar, último en llegar al campamento, no soltaba un enorme cuchillo, explicaba que:"era para matar a su excelencia el Libertador, antes que verle prisionero por los realistas". Un oficial llamó aparte al coronel Briceño Méndez y le dijo llorando:"Todo está perdido, amigo lo que era toda nuestra confianza, helo aquí loco, está delirando" El capitán de navío Antonio Díaz, triunfa contra una flotilla española en Pagallos el 7 de julio; por tierra el general José Francisco Bermúdez sitia las fortalezas de Angostura donde se encuentra el general Miguel de La Torre, quien al verse sin alimentos, sin refuerzos y con demasiadas bajas a causa de las epidemias, se moviliza el 17 de julio hacia los castillos de Guayana La Vieja, permitiendo que Bermúdez ocupe Angostura ese día; a la vez que Brión organiza su flota reforzada con flecheras e indios caribes. Ante la presión y la falta de logística De La Torre procede a evacuar en treinta navíos al personal militar y civil que se encuentra en las fortificaciones de Guayana la Vieja, zarpando el 3 de agosto con resultados adversos por la maniobra y experiencia del almirante Luís Brión en el combate de El Cabrián, apoyado por los batallones Barlovento y Guardia de Honor, colocados a la orilla del río. Las perdidas españolas fueron de: catorce embarcaciones con setenta y tres cañones, 1.700 prisioneros, cuantiosas municiones, trescientos treinta fusiles, 160.000 pesos de plata y 300.000 pesos en cobre; las naves que pudieron escapar con De La Torre se dirigieron a Trinidad. Con estas importantes acciones, se logra el libre transito por el Orinoco hacia el Apure y la Nueva Granada, la salida al mar, y una extensa zona preparada para el soporte logístico. El Libertador le escribe a Páez sobre este suceso, expresándole eufóricamente:"Este golpe nos da una preponderancia eterna, y fija el destino irrevocablemente el destino de Guayana, Barinas y aún de la Nueva Granada". Bolívar en Casacoima deliró sobre el futuro de la América hispana, era el desarrollo de su Juramento de Monte Sacro.

(*) Gral. de bgda
eumenes7@gmail.com
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lunes, 10 de agosto de 2009

Un patriota bajo la sotana

Eumenes Fuguet Borregales (*)

En la capital.También en provincia."La Escuela de Cristo".Capellanes a las órdenes del Libertador.Sacerdotes detenidos y desterrados.Mártires, oficiantes y guerreros.

Existe el monumento del soldado anónimo y muchas estatuas en sitios emblemáticos que hacen honor a próceres que dieron sus vidas por la Independencia de Venezuela, pero en la agenda de las efigies está pendiente erigir tres grandes monumentos para agradecer y enaltecer la participación de quienes, en forma valiosa y con fervor patriótico, han formado una trilogía de abnegación en beneficio de los más puros ideales de la libertad, identidad y soberanía: nuestras valerosas mujeres, el niño héroe y el sacerdote anónimo.

Pero quisiera hacer énfasis en resaltar la importante actuación de nuestros prelados. Podemos decir que, desde el mismo momento del inicio de nuestra emancipación, fue inmediata y masiva la incorporación de estos hombres de sotana cuando se plegaron al grito emancipador que Caracas dio: unos cumplieron funciones en el Estado Mayor Especial del Ejército Libertador, como capellanes militares; en Mérida decidieron utilizar las campanas de las iglesias para fabricar cañones, balas, ollas y clavos; otros desarrollaron actividades logísticas o cumplían funciones de legisladores, y hasta uno de ellos fue ministro de la Defensa.

Lo admirable es que todos, con su verbo encendido de fe y patriotismo, supieron desempeñar con la mejor disposición la simbiosis de difusores de la fe y participación activa hombro a hombro, al lado de militares y civiles, en beneficio de la redención de los pueblos oprimidos.
Sufrieron cárceles, destierros y hasta la pérdida de sus vidas. Fue así como con su presencia, palabra y ejemplo, como guías espirituales lograron reanimar el entusiasmo y la fe perdida para alcanzar libertad, paz y justicia.
El 19 de abril de 1810, cuando visualizó que se complicaba la situación en la Sala Capitular para analizar con el Capitán General los sucesos de España, el presbítero José Félix Blanco se dirigió casi corriendo hasta la iglesia de La Merced. Iba en busca del sacerdote chileno José Cortés de Madariaga -verdadero protagonista de ese día histórico-. Lo encontró confesando ese Jueves Santo a una penitente a la que le diría: "Hija mía, sus pecados pueden esperar, la patria no".
Al incorporarse al ayuntamiento, Madariaga se autoproclamó diputado por el clero y -tras bastidores- encendió los ánimos en el pueblo al indicarle con el dedo un rotundo "no" cuando Emparán les consultó si querían que los siguiera gobernando, y por primera vez en 300 años de yugo español, el gobierno quedó a manos de los criollos.
En julio de 1812, Cortés de Madariaga fue apresado y llevado a la prisión de Cádiz junto con otros valientes emancipadores, denominados los "Ocho Monstruos". Amén de que lograron escapar e incorporarse a la lucha, así participó Madariaga en el Congresillo de Cariaco, el 8 de mayo de 1817, y vivió en Riohacha, donde murió en 1826.

También en provincia
Así como en las grandes ciudades, también en la provincia no faltaron sacerdotes que se plegaran a la gesta emancipadora. El sacerdote Antonio María Briceño Altuve figura con destacada participación en la Junta Patriótica de Mérida. Detenido en 1812 y liberado en 1815, participó con Páez en la Campaña de los Llanos de Apure y Arauca, y fue diputado por Barinas en el Congreso de Angostura.
Entretanto, en los movimientos de Mérida sirvieron mucho de apoyo los eclesiásticos Buenaventura Vivas, Enrique Manzaneda Salas, Francisco Antonio Uzcátegui y Fray Juan Agustín Ortiz. En Trujillo, los sacerdotes Ricardo Gamboa, Francisco Antonio Rosario, José Antonio Rendón, José Segovia, Bartolomé Monsant y Fray Francisco Antonio Alvarez organizaron en 1810 la Junta Patriótica; en esta región, Alvarez redactó la Primera Constitución de Trujillo, y posteriormente en 1814, siguiendo las órdenes de Urdaneta, tuvo que emigrar hacia la Nueva Granada.
Un caso muy pintoresco es el del presbítero Francisco Antonio Uzcátegui Dávila, quien se incorporó en Mérida al movimiento del 19 de Abril; en su pequeña orfebrería fabricó con las campanas 16 cañones, y con el material sobrante elaboró ollas y clavos para las herraduras. Y se jactaba en decir: a quienes se oponían a sus ideas: "No sólo con la palabra se hace la independencia... Debajo de esta sotana tengo pantalones bien puestos". Él también apoyó a Cortés de Madariaga a su paso por Mérida, vía Bogotá, en comisión de la Junta Suprema.
Por Barinas, los sacerdotes Manuel González, Francisco Gualdrón, Enrique Manzaneda Salas e Ignacio Ramón Briceño Méndez (hermano del prócer Pedro Briceño Méndez) se adhirieron al movimiento del 19 de Abril de 1810. Mientras que la provincia de Cumaná tuvo como representantes a los sacerdotes Domingo Vallenilla, presidente de la Junta Patriótica, y Andrés Callejón, miembro de la Junta Patriótica, quien murió prisionero en La Guaira en el año 1814.
Muchos otros sacerdotes de "armas tomar" figuran en la historia, como José María Márquez, Jacobo Laguna, Diego Bernardo Sánchez, Andrés Padilla Morón, José Joaquín Labrador, José Rosello, Juan José Mendoza y Diego Botinos, quienes también tuvieron papel protagónico en el movimiento del 19 de Abril.
Por ejemplo, Márquez se desempeñó como capellán del ejército de Mariño y murió en 1814, en el Castillo San Felipe de Puerto Cabello; el presbítero Laguna se afilió al ejército de José Francisco Bermúdez. La Junta Suprema que se formó en Barcelona tuvo como digno representante del clero al párroco Fernando Amézquita, entre otros tantos.

Y aunque comencé por las provincias, termino con Caracas, en donde los sacerdotes Bernardo Lanfranco, Juan Antonio Navarrete y Silvestre Méndez apoyaron el movimiento emancipador de 1810; éste último tuvo que salir de Venezuela en el año 1814. La mayoría de los sacerdotes nombrados firmó el acta del 19 de Abril y de la Independencia en sus respectivas provincias. Pero la junta que se formó en Guayana -en la que también estuvo representando al clero el sacerdote y doctor José Cándido Martínez- fue disuelta por las autoridades realistas, siendo apresados y enviados a Puerto Rico.

"La Escuela de Cristo"
En Maracaibo, un grupo de seguidores del movimiento revolucionario del 19 de Abril de 1810, para evitar sospechas en sus reuniones activaron en una iglesia una sociedad con el nombre "La Escuela de Cristo". Entre los integrantes estaba el sacerdote Fernando San Just, pero en marzo de 1812 fueron delatados y hechos prisioneros en el templo Santa Ana de Maracaibo. Tan sólo una placa conmemorativa recuerda esta importante actividad revolucionaria.
Pero otro hito en el que intervinieron efectivamente los sacerdotes fueron las elecciones para elegir a diputados al primer Congreso. Tras los sucesos del 19 de Abril, realizaron votaciones en las distintas iglesias del país, y de los 44 diputados elegidos, nueve sacerdotes representaron la firma del Acta de la Independencia.
Y así como los clérigos tuvieron destacada participación en las actividades de la emancipación, algunas instalaciones eclesiásticas sirvieron de sede para la realización de importantes eventos históricos, tales como las reuniones previas a la Declaración de la Independencia, el 5 de julio de 1811, que se efectuaron en la Capilla Seminario de Santa Rosa de Lima; la Declaración se realizó en la Capilla Santa Inés (hoy sede de la Alcaldía del Municipio Libertador) y Bolívar fue denominado "Capitán General de los Ejércitos", con el sobrenombre de "Libertador", en la iglesia San Francisco de Caracas, el 14 de octubre de 1813.

Prosiguen los hechos como la activación de la Sociedad Patriótica de Valencia, el 25 de agosto de 1811, siendo su presidente el sacerdote Francisco Narvarte, y vicepresidente el ya mencionado José Félix Blanco.

También entre los firmantes de la primera Constitución de Venezuela y de Hispanoamérica, del 21 de diciembre de 1811, de 37 diputados, 7 corresponden a sacerdotes, quienes eran Luis Ignacio Mendoza, José Luis Cazorla, Juan Díaz Argote, Salvador Delgado, Manuel Vicente de Maya, Juan Nepomuceno y José Vicente de Unda.

Capellanes a las órdenes del Libertador

Simón Bolívar contó también a su lado con el apoyo de muchos sacerdotes, como José Félix Blanco, Miguel Peraza, Silvestre Méndez, Carlos Quintana (murió mutilado por los realistas en San Carlos, en 1814) y Marcos Ribas (hermano del general José Félix Ribas).

Fray Luis Almansa y los sacerdotes Manuel Barroso, José María Márquez y Jacobo Laguna acompañaron como capellanes militares hacia el centro de Venezuela al Ejército de Oriente, al mando del general Santiago Mariño, en apoyo del Libertador. De ellos, el clérigo Márquez cayó prisionero en la Batalla de El Arao y muere en las bóvedas de Puerto Cabello.

Es de resaltar a los seminaristas. Para el año 1812, estudiaban en Caracas 85 seminaristas, acompañados del rector, el distinguido sacerdote Gabriel José Lindo. Pero para el mes de marzo de 1814 quedaban apenas 6, y al mes de julio de ese fatídico año quedaba uno solo. Y es que estos jóvenes acompañaron al general José Félix Ribas y lucharon a las órdenes del comandante Francisco Antonio "Coto" Paúl en la Batalla de Vigirima (23 al 25 de diciembre de 1813); el general Urdaneta los bautizó, junto con los universitarios, como "El Escuadrón de Escolares". Estos seminaristas lucharon con entusiasmo y patriotismo, muriendo algunos de ellos. También lucharon en la Batalla de La Victoria, el 12 de febrero de 1814, a las órdenes de Ribas, cuyo heroísmo dio motivo para decretar aquella fecha como "Día de la Juventud Venezolana", en el año 1947.

Como consecuencia de esas luchas, el sacerdote Lindo fue enviado a España en 1816 en calidad de prisionero, por Morillo, y murió en Cádiz al año siguiente.

Luego, después del combate de La Victoria, Ribas se dirigió con los estudiantes y seminaristas hacia Ocumare del Tuy, donde el jefe realista Francisco Rosette días antes había sembrado terror y desolación en esa población. El sacerdote Juan de Orta y otros clérigos tuvieron que atender a los heridos.

El 11 de febrero de 1814 se llevó a cabo, en la iglesia San Francisco de Caracas, el "Acta Solemne entre el Estado y el Sacerdocio", mediante la cual las alhajas, vasos sagrados y los objetos de valor de las iglesias pasan a manos del Estado para su preservación contra el pillaje; además, se podría disponer de algunas para ayudar en los gastos de la Independencia.
Ese mismo año sucedió el incidente denominado "Sitio de Valencia". Eran finales de marzo. Ante la inminente llegada a Valencia del jefe realista José Tomás Morales con tres mil efectivos, Urdaneta recibe del Libertador la orden de "Defender a Valencia hasta morir". Con apenas 280 soldados para defender a la población civil, la ciudadela organizada fue ejemplo de valor y sacrificio por parte de los valencianos.

Por su parte, el arzobispo de Caracas, el español Narciso Coll y Prat, se encontraba con 40 sacerdotes a su paso para Calabozo y tuvo que sufrir los embates del hambre, la sed y el ataque enemigo; allí murieron algunos de los clérigos que ayudaban espiritualmente a la población durante seis días.

Sacerdotes detenidos y desterrados

En el fatal año 1814, luego de la derrota de La Puerta (cerca de San Juan de los Morros), las fuerzas realistas de Boves se dedicaron al asesinato y pillaje; el clero venezolano no escapó de esa barbarie; 14 de ellos fueron enviados en septiembre como prisioneros a los calabozos de Cádiz. Unos 36 lograron escapar hacia Trinidad y Curazao. Casi 20 pudieron esconderse, para continuar más adelante su labor de apostolado y de lucha.

También la historia nos presenta las hazañas de sacerdotes en la "Campaña de Apure", en la que varios presbíteros se enfilaron al ejército de Páez y participaron como capellanes, o en la Reserva del Ejército en las operaciones militares en Achaguas, El Yagual y la Toma de San Fernando, en 1816. Entre ellos aparecen el sacerdote y vicario del Ejército José Félix Blanco, Ramón Ignacio Méndez, Trinidad Travieso, Luis Mendoza, José Luis Ovalles, Antonio María Briceño Altuve, Lorenzo Santander y Félix Sosa, entre otros.

De Ramón Ignacio Méndez se sabe que fue el sacerdote que presenció el juramento de lealtad que habría hecho Páez en el hato de Cañafístola, el 30 de enero de 1818, hacia el Libertador. Mientras que el sacerdote Trinidad Travieso, junto a Pedro Camejo, intercedió ante Páez para que no fusilaran al joven capitán de 16 años, el neogranadino José María Córdoba, futuro general más joven de la emancipación hispanoamericana y héroe en Ayacucho.

Otro incidente de sacerdotes inmolados se registró el 7 de abril en Barcelona, durante el asalto a la Casa Fuerte de la Purísima Concepción por parte del jefe realista Juan Aldama. Fallecieron algunos sacerdotes, entre ellos Felipe Tejada, Felipe Sifontes y Juan Antonio Godoy; también fueron sacrificados los jóvenes seminaristas Nicanor Alguíndegui, Juan Bautista Reyes y Fernando Sabino.

Mártires, oficiantes y guerreros

En julio de 1812, el presbítero José Cortés de Madariaga fue apresado y llevado a la prisión de Cádiz junto con otros valientes emancipadores, denominados los "Ocho Monstruos". Lograron escapar e incorporarse a la lucha, así participó Madariaga en el Congresillo de Cariaco, el 8 de mayo de 1817, y vivió hasta su muerte en Riohacha, donde murió en 1826.

Narciso Coll y Prat había llegado a Caracas en 1810, mantuvo siempre una tolerancia con los dos bandos participantes en la lucha emancipadora, y el 2 de marzo de 1811 ofició la misa en la instalación del primer Congreso. En el año 1816, el jefe español Pablo Morillo lo envió a España y, antes de morir en 1822, pidió que su corazón fuera enterrado en la Catedral de Caracas, deseo que se cumplió en 1843.

La "Campaña de Guayana" fue otra importante actividad independentista, ejecutada en el año 1817, en la que hubo actuación por parte del clero, a través de la activa participación, como jefe de las Misiones del Caroní, del sacerdote José Félix Blanco, quien proporcionó 800 caballos, mulas y provisiones para el Ejército Republicano, que triunfó el 11 de abril en la Batalla de San Félix, dirigida magistralmente por el general de División curazoleño Manuel Piar.

* General de Brigada (Ej)
eumenes@cantv.net

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domingo, 9 de agosto de 2009

Los hijos de Miranda

Eumenes Fuguet Borregales (*)

Nuestro siempre precursor, durante su permanencia en Londres, a comienzos de 1800, tiene una relación sentimental con la londinense Sara Andrew su Ama de Llaves, quienes procrean dos hijos Leandro y Francisco, en Grafton street Nro. 27, barrio de Bloomsbury, hoy convertida en el museo "Casa Miranda", propiedad del gobierno venezolano desde 1979. Madre y niños, sufrieron las vicisitudes y alejamiento del padre durante largos períodos de tiempo; la última vez que se vieron fue el 10 de octubre de 1810, cuando salió para Venezuela invitado por los comisionados de la Junta Suprema de Caracas, el coronel Simón Bolívar, el doctor Luis López Méndez, sobrino político de Miranda y Don Andrés Bello.
Miranda, para realizar varias actividades tales como: continuar su afán emancipador, organizar la Sociedad Patriótica,ser elegido diputado por El Pao de Barcelona ante el soberano Congreso que proclamó la independencia el 5 de julio de 1811, en tal condición es firmante del Acta de la Independencia, creador de la bandera tricolor y soldado veterano en las campañas que realizó en el centro de Venezuel. Luego de la Capitulación de San Mateo el 25 de julio de 1812, es encarcelado en La Guaira en la madrugada del 31 de julio y trasladado hasta Cádiz a la prisión de La Carraca donde murió el 14 de julio de 1816. El sustento de la familia en Londres era proporcionado en forma limitada por López Méndez, Andrés Bello y especialmente por el italiano Tomás Molini, secretario privado y hombre de confianza de Miranda, antes y durante la expedición, en las campañas en Venezuela, igualmente en muestra de lealtad y amistad, lo visitaba en la cárcel española y muerto el precursor participó a los familiares y amigos la mala nueva, Molini siguió ayudando a la familia. Leandro el mayor, nació en Londres el 9 de octubre de 1803. El buque insignia de la expedición mirandina sobre Venezuela coincidencialmente llevaba su nombre Este joven viaja a Bogotá en 1823, donde publica en 1824 el periódico bilingüe "El Constitucional", igualmente ofrece en venta a Bolívar los valiosos documentos de su ilustre padre; el Libertador le encomienda a Sucre la compra para llevarla a Bolivia, pero la escasés de recursos económicos lo impidieron. La venta se concreta en 1927, cuando el ejecutivo adquiere los 63 volúmenes en tres mil libras esterlinas, valios matyerial que se encuentra en la Academia Nacional de la Historia. Leandro es designado en 1829 Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1830 es enviado como funcionario de carrera a Londres, donde le correspondió en 1831 participar al gobierno la muerte del Libertador y la disolución de la "Gran Colombia"; se retira de la actividad diplomática para dedicarse a los negocios bancarios; en Caracas fundó en 1839 el Banco Colonial Británico de los primeras en Venezuela; en Caracas contrae nupcias con Teresa Dalla Costa Soublette, sobrina del prócer Carlos Soublette. Leandro, luego de realizar de nuevo actividades consulares en Perú, se retiró a la vida privada trasladándose con su familia a Francia; fallece en París a los 83 años. Sus restos fueron exhumados en 1998 para los análisis del ADN para identificar las cenizas del Precursor. Francisco, segundo hijo del más universal de los venezolanos nació el 27 de febrero de 1806, a la muerte de su padre contaba diez años; sus estudios elementales, secundarios y de milicias, los realizó en Londre. Según las coordinaciones de Tomás Molini,; con su hermano Leandro se traslada a Bogotá en 1823. Francisco ocupó cargos en el ejército, inclusive edecán del Libertador. En octubre de 1827 mata en un duelo a espadas a Roberto Van Stuers, funcionario holandés. Para evitar sanciones viaja a Puerto Cabello y luego a Caracas, donde ocupa como teniente cargos militares, siempre en apoyo a las ideas del Libertador; al año siguiente se dirige a La Nueva Granada para continuar la carrera militar; al regresar a Venezuela, con el grado de capitán es designado ayudante del general José Laurencio Silva. En septiembre de 1830, cuando el siempre leal, general Rafael Urdaneta, contra su voluntad, se encarga del Poder Ejecutivo en la Nueva Granada, el capitán Francisco Miranda, en muestra de solidaridad se traslada hacia Bogotá para ofrecerle sus servicios. El 26 de abril se enfrentó a un grupo opositor en el combate de Cerinza, donde murió a los veinticinco años de edad, otras versiones indican que fue fusilado después de la acción bélica.

(*) General de brigada eumenes7@gmail.com
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