viernes, 30 de noviembre de 2012

PUERTO CABELLO… EL ÚLTIMO REDUCTO REALISTA



Eumenes Fuguet Borregales*
La brillante operación militar “Toma de Puerto Cabello”,  comandada por el impertérrito José Antonio Páez los días 7 y 8 de noviembre de 1823, empleando el Principio de la Guerra de “Sorpresa”, utilizando tropas desnudas en un sigiloso movimiento nocturno, ocupa los trincherones, y dos días después el castillo de San Felipe, último bastión realista en Venezuela. Concluye de esta gloriosa manera la guerra de independencia y el domino español por más de trescientos años; materializaba el sueño de Bolívar exteriorizado a los cuatro vientos en la antigua Roma en Monte Sacro el 15 de agosto de 1805.  

San Juan Bautista de Puerto Cabello, “Puerta Grande de Venezuela”, se ufana de atesorar relatos no olvidados desde su fundación. El científico alemán Alejandro Humboldt en febrero de 1800, narraba sus emotivas impresiones de esta magnífica región, y quien mejor para cantarla que Don Ítalo Pizzolante con su canción “Mi Puerto Cabello”, convertida hoy en el himno del municipio. Nuestro siempre precursor Francisco “Libertad” Miranda, permaneció sus últimos días en Venezuela, encadenado en el fuerte antes de ser enviado el 3 de junio de 1813 hacia Puerto Rico y luego a Cádiz, su destino final, para convertirse el 14 de julio de 1816 en el “Caballero Inmortal de la Emancipación Americana”. 

Casi lograda la independencia de Venezuela el 24 de junio de 1821 con la batalla de Carabobo, aún permanecían en manos realistas las guarniciones realistas de Cumaná, Maracaibo y Puerto Cabello. Consolidar la ansiada emancipación, requirió poco más de dos años y sesenta y cuatro nuevas acciones militares, que culminarían exitosamente el 8 de noviembre de 1823 en Puerto Cabello.
Desde septiembre de 1823, “La Primera Lanza del mundo”, le exigía mediante correspondencias al general Sebastián de la Calzada la rendición, pero la respuesta siempre fue negativa. Páez que ya había ocupado el fortín Solano, recibía información de las posiciones españolas dentro del fuerte a través de Jacinto Iztueta, quien enviaba datos con su esclavo Julián Ibarra. La noche del cinco de noviembre, un capitán y dos tenientes  acompañan a Julián en un reconocimiento. Páez contaba con el impetuoso general en jefe José Francisco Bermúdez, conocido como “José Francisco Pueblo”.  

El 7 de noviembre a las 10 de la noche, la “Toma” se inició  desde el fuerte del Trincherón, sale Ibarra guiando por los manglares a 500 hombres desnudos al mando del mayor Manuel Cala y como segundo al mando el teniente coronel Andrés Elorza. Un grupo de 400 infantes del Batallón Anzoátegui, comandados por el Tcnel brasilero José Abreu De Lima y 100 lanceros del Regimiento de Honor comandados por el Tcnel. Francisco Farfán;  avanzaron durante cuatro horas en forma sigilosa hacia la ciudadela a unos mil metros entre los manglares con el agua hasta el pecho, desarrollando un combate sorpresivo de apenas media hora para lograr la rendición, y la ocupación inmediata de los baluartes Príncipe, Princesa y Corito. 
El coronel realista,  el coriano Manuel Carrera Colina en la confusión se escapa hacia el fuerte San Felipe donde resiste hasta el día 10; Sebastián de la Calzada y su estado mayor son entregados al general Páez a las seis de la mañana por dos sacerdotes que los tenían en la iglesia del Rosario; Calzada le entrega su espada a Páez en señal de rendición.

Las bajas realistas fueron de ciento cincuenta y seis muertos, más de quinientos prisioneros, además de capturarse sesenta piezas de artillería, seiscientos fusiles, seis lanchas y tres mil quinientos quintales de pólvora, la corbeta “Bailén” fue incendiada. Por parte de las fuerzas republicanas, hubo diez muertos y treinta y cinco heridos. Iztueta es designado el 16 de noviembre alcalde del cabildo porteño. El fiel Julián dejó de ser esclavo, recibiendo el grado de capitán y una vivienda. 

El Libertador diría que: “Puerto Cabello, es el monumento más grande a la gloria de Páez”. Es  de resaltar la actividad desplegada por  el mayor Manuel Cala  héroe de esta operación militar; estamos en deuda erigir un monumento o designación de alguna institución para honrar su nombre. De igual manera esta brillante acción militar debería designarse como efemérides municipal, regional y por qué no nacional por la connotación de culminar la presencia militar española en nuestro territorio luego de trescientos veinticinco años.

Castillo San Felipe de Puerto Cabello
En el imperio español nunca se ocultaba el sol, era un decir en la época del rey Carlos V, se refería a la amplia extensión de sus territorios en el mundo. Con la finalidad de protegerse de las incursiones de piratas y corsarios, ordenaron construir en Hispanoamérica fortificaciones, utilizadas igualmente para almacenar los productos locales de exportación y la logística de los ocupantes. Eran grandes obras testigos de una época, algunas de ellas con el nombre de Felipe, en honor al rey Felipe de V de Borbón (1683-1746), se encuentran en: España, Guatemala, Colombia y Venezuela. A lo largo de la costa venezolana se construyeron importantes fortalezas de Oeste a Este, entre ellas: San Carlos a la entrada del Lago de Maracaibo, San Felipe en Puerto Cabello, San Antonio en Cumaná y San Carlos Borromeo en Pampatar.
El ingeniero suizo Juan Amador Courten al diseñar y presentar en España los planos, es designado por orden real el 13 de junio de 1732 director de las obras del futuro fuerte San Felipe en Puerto Cabello, llega en septiembre de ese año para iniciar la ejecución de los trabajos que durarán treinta meses; sería la más importante ciudadela construida en Venezuela. 

Courten se retira a España siendo relevado en 1736 por el ingeniero Juan Gañango Lescari;  éste realiza unas mejoras a la construcción de forma pentagonal simulando una corona.  La fortaleza tuvo su bautizo de fuego entre el 26 de abril y el 6 de mayo de 1743 por parte de la escuadra inglesa integrada por veintidós navíos al mando del comodoro Charles Knowles. La Compañía Guipuzcoana con más de cincuenta años de permanencia en Venezuela, utilizó el castillo como gran depósito de cacao, café y añil. 

En la fortaleza  fueron encarcelados muchos paisanos que en diferentes épocas tuvieron relevante participación en la política, algunos de ellos con peor suerte murieron honrando sus ideas, tal es el caso de: los esclavos Matías Pedroza y Margarita España por su participación en el movimiento de Gual y España delatado en 1797. El 30 de junio de 1812 el Tte. Francisco Vinoni Fernández, traiciona la confianza de Bolívar, perdiéndose el parque allí existente, a pesar de las acciones durante seis días por recobrar la más importante plaza en Venezuela. 

El general porteño Bartolomé Salóm y monseñor Ramón Ignacio Méndez presos en 1812; Vicente Salías autor de la letra del glorioso Himno Nacional allí fusilado el 17 de septiembre de 1814. Denominado castillo Libertador a solicitud del coronel Ramón Ayala al general Páez el 17 de mayo de 1824; por las situaciones mencionadas notamos que esta instalación sirvió únicamente de lugar de encierro y martirio de tantos venezolanos que ofrendaron sus vidas, de allí que la mayoría de los historiadores se oponen a esta denominación, aceptando su nombre inicial de castillo San Felipe. En la época dictatorial de Juan Vicente Gómez, muchos dirigentes políticos, pasaron años en esos lúgubres calabozos, entre ellos: Andrés Eloy Blanco, José Rafael Pocaterra, Raúl Leoni y Jóvito Villalba. Andrés Eloy Blanco "El poeta del pueblo" en su famoso discurso ofrecido en el acto de lanzar al mar los grillos utilizados en el castillo San Felipe, en febrero de 1936 dijo:
"Hemos echado al mar los grillos. Y maldito sea el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela".

(*) Gral. de Bgda.                                                                                 churuguarero77@gmail.com
                                                                                                                                        @eumenesfuguet
Vicepresidente de la ilustre Academia de Historia del estado Carabobo
Asesor nacional de la  digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela

jueves, 29 de noviembre de 2012

Homenaje a Don Pedro Grases

Eumenes Fuguet B. (*)

El 17 de septiembre se conmemoró el primer centenario del natalicio del doctor Pedro Grases, de dilatada y beneficiosa trayectoria en investigación documental, bibliográfica e histórica; sus aportes a la filología que permitió ahondar el legado "bellista" y la docencia, logran enaltecer aún más su preclaro nombre. Con este venezolano-catalán nacido en Villafranca del Penedés, provincia de Barcelona-España, se cumple el viejo axioma de que: "nadie es profeta en su tierra". A los dieciséis años escribe en periódicos y revistas de su región natal. Luego de obtener doctorado en Filosofía y Letras y Derecho; ejerce en Barcelona el profesorado de estas materias y el idioma árabe entre 1931 y 1936. Amenazas de muerte y la guerra civil española, obligan su exilio en Francia. De allí decide dirigirse a Venezuela en busca de nuevos horizontes, zarpa en el navío Simón Bolívar de bandera holandesa; llega a La Guaira el 17 de agosto de 1937 acompañado de su extraordinaria esposa Doña Asunción Galofre, su compañera durante toda la vida por casi setenta años, y de sus pequeños hijos Pedro Juan y José Pablo; en Caracas nacieron María Asunción y Manuel.

Su vida venezolana se inicia en Maracay con familiares de su esposa, y al residenciarse en Caracas se dedica al comercio con la firma Bloohm; al conocer al Dr. Ernesto López Ministro de Educación, éste lo invita a dar clases de gramática y literatura en los liceos Fermín Toro y Andrés Bello, clases que alternaba en el Colegio América. El recién fundado Instituto Pedagógico Nacional lo recibe para ejercer la docencia y a emplear nuevas ideas en el Liceo de Aplicación. Para profundizar sus investigaciones sobre grandes personajes militares y civiles de hispanoamérica, recorre bibliotecas nacionales, archivos, el Palacio de las Academias y las principales bibliotecas del mundo; con fructífero resultado logra rescatar y divulgar al continente americano, la egregia personalidad de Don Andrés Bello a quien califica como "el humanista de América"; a Don Simón Rodríguez también logra elevar su sitial. En la Universidad Central de Venezuela, funda la Escuela de Humanidades de la U.C.V y su Escuela de Bibliotecología.


Concluidos sus estudios por una beca otorgada por la Fundación Rockefeller y profesorados en Norteamérica en 1946, le proponen quedarse como profesor titular de la prestigiosa universidad de Harvard, apetitosa oferta que rechaza para regresar al país que lo encandiló para siempre por su paisaje físico y humano, que lo adoptó como su hijo al nacionalizarlo en los años cincuenta. Su casa con el nombre de Villafranca Nro 9 ubicada en la urbanización La Castellana donde vivió por más de cincuenta años, convertida en un centro obligado de tertulia los sábados por parte de estudiantes, profesores, académicos e intelectuales de la época, ávidos por actualizar los conocimientos humanísticos. Don Pedro realizó interesantes estudios y escritos sobre la imprenta en nuestro país, de allí su obra "Orígenes de la Imprenta en Venezuela", y su ensayo sobre Valentín Espinal a quien consideraba el mejor impresor del siglo XIX.


La erudición y tantas obras le permiten ingresar como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Lengua y de la Academia Nacional de la Historia; designado igualmente académico de corporaciones intelectuales de América y Europa. En vida fue el máximo conocedor de Andrés Bello en América, de allí que no se podía separar el binomio Grases-Bello; Grases Investigó con entusiasmo los archivos del Libertador, Sucre; Urdaneta, Roscio, Juan Vicente González, Baralt y Fermín Toro entre tantos personajes de la Venezuela heroica y republicana. Tuvo la suerte y honra en 1975 de tener acceso en Inglaterra y traer a Venezuela, el DOCUMENTO ORIGINAL MANUSCRITO LEIDO POR BOLÍVAR EN EL CONGRESO DE ANGOSTURA EL 15 de FEBRERO DE 1819; escrito por el capitán Jacinto Martel secretario y amanuense del Libertador; celosamente guardado en casa de descendientes del coronel y comerciante James Hamilton, quien lo había traducido al inglés y entregado a familiares antes de morir en Angostura en 1840.


Documento considerado la máxima pieza de los escritos del Padre de la Patria; las hojas tenían las observaciones y correcciones realizadas por el abogado Manuel Palacio Fajardo (1784-1819). Don Pedro fue Director y Asesor de la Casa de Bello fundada bajo su tutela, ubicada al lado del Ministerio de Educación. Profesor titular de las universidades Andrés Bello y Metropolitana. Fue Secretario de la Comisión de las obras completas de Bello presidida por el Dr. Caldera. Junto al sacerdote Pedro Pablo Barnola se dedicó a fondo en analizar las negociaciones de los dos Tratados firmados el 26 de noviembre de 1820 en Santa Ana por Bolívar y Morillo; poseía gran capacidad analítica para comparar documentos que esclarecen los hechos. Funda en el 2002 la "Fundación Grases" presidida por María su hija y Carlos Maldonado Bourgoin, ilustre historiador y crítico de Arte.


Su valiosa biblioteca fue donada en vida a la Universidad Metropolitana. Formador de insignes educadores, con una envidiable cosecha epistolar de cuarenta mil cartas escritas de su puño y letra, más de dos mil entradas bibliohemerográficas y una producción de ciento setenta y nueve libros y folletos, fallece en Caracas el 15 de agosto del 2004.


Cuanta deuda tenemos con su legado resumido en la brillante ejecutoria docente e investigativa, ingente en dimensión y espiritualidad. El Amherst College en EE.UU. instituyó en 1983 el prestigioso "Premio Pedro Grases de Excelencia en Hispanismo". Uslar Pietri dijo: La historia de la investigación en el país se divide en antes y después de Grases". En palabras del Dr. Guillermo Morón:"Es Pedro Grases el primer bibliógrafo venezolano del siglo XX".


Don Pedro Grases.Honrar.honra.




*Gral. de bgda 

eumenes7@gmail.com

 



Artículo publicado el: 16/09/09
Diario El Carabobeño


lunes, 26 de noviembre de 2012

EL DESGARRAMIENTO HISPANO AMERICANO



VICENTE E. GUERRERO BERNABEY
Como los tientos de un lazo
se entrevera nuestra historia
esa historia de a caballo
que huele a sangre y a gloria
¿Quién diría de quien fueron
esas lanzas enemigas
que irá desgastando el tiempo
Milonga para que  el tiempo
vaya borrando fronteras
              JORGE LUIS BORGES

         
En AYACUCHO  el fiel y noble SUCRE pone fin a la dominación Española en tierras de América. Escribe a BOLIVAR con el gesto fraterno de los hombres en lucha y con la claridad del objetivo puesto  en hacer una sola y libre  HISPANOAMERICA:  “… se ha verificado la oferta que Ud. Hizo a los pueblos de acabar con la guerra este año y es una de mis satisfacciones más grandes. Le hago a Ud. el presente de la Bandera que trajo PIZARRO al CUZCO HACE 300 años pasados, son una porción de tiras deshechas, pero tienen el mérito de la conquista del PERU…..”

          Este simbólico gesto pone fin a la dominación pero presagia el futuro del desgarramiento de los pueblos americanos. No estaba en el espíritu de aquellos hombres que combatieron por la independencia la división que luego se gestó.

          SUCRE luchaba  imbuido de las ideas que en las LOGIAS AMERICANAS se discutían para lograr la independencia manteniendo la unidad de la Colonia.

        Los trabajos de JOSE CECILIO DEL VALLE en el periódico “EL AMIGO DE LA PATRIA”  o los de BERNARDO DE MONTEAGUDO en “MARTIR O LIBRE” fueron conformando la posibilidad de una FEDERACION HISPANOAMERICANA, pero es BOLIVAR quien aglutina el pensamiento y lideriza el movimiento para consolidarlo en un futuro congreso.

       La visión de BOLIVAR es clara cuando escribe : “……es tiempo de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las REPUBLICAS AMERICANAS, antes COLONIAS ESPAÑOLAS, tengan una base fundamental que eternice si es posible la duración de esos gobiernos. Las REPUBLICAS AMERICANAS de hecho están confederadas…”

    Desde el momento que la desgarrada insignia de PIZARRO llega  manos de BOLIVAR,  se inicia la confabulación que llevo a la división que hoy presenciamos.

       Estamos  ante una perspectiva inquietante frente a lo imprevisible, es necesaria la revisión de la gesta emancipadora, pero sin disecar con la meticulosidad de un entomólogo: planes, batallas, vidas, discursos, etc., método en el cual se solazan los historiadores que tratan de evadir los verdaderos móviles de quienes asesinaron a SUCRE  cuando leal a la idea y al sueños de BOLIVAR  trataba de evitar la disociación de los pueblos hispanoamericanos.        
      Lo colonial pacta con el extranjero en la vana justificación de un discurso que legitime un determinado poder y de allí es que escribimos mal la historia, la falseamos para embellecerla, buscamos lo anecdótico y lo pintoresco, al hacerlo así  se contribuye a darle la razón al brazo que asesina a SUCRE en BERRUECOS, que destroza la vida MONTEAGUDO  en LIMA  o que empujan a SAN MARTIN y BOLIVAR  al destierro y a la muerte.
      Escribe EZEQUIEL MARTINEZ ESTRADA en RADIOGRFIA DE LA PAMPA:
…. La independencia fue un acto que se estaba gestando en la campaña desde ya un largo tiempo y una tesis inspirada  en doctrinas democráticas y liberales que se debatían en los cenáculos citadinos de la sociedad colonial. La campaña o el llamado interior disgregado en villorios, caseríos y ranchos sometidos a condiciones durísimas vivía descontento e incubaba un estado revolucionario. La ciudad, principalmente los puertos, querían resolver un problema legal y mercantil. Al iniciarse la gesta  revolucionaria fue evidente esta división, la guerra  que continúa a la derrota española demuestra que era una guerra social y no de independencia….”
     El grupo de intelectuales y visionarios  de una AMERICA INDEPENDIENTE  encuentran  que deben debatirse entre  la barbarie y sus ideas de disciplina y orden, ideas abstractas sin base  en la tradición ni en la vida histórica-
     Entre 1822 y 1827  casi toda Hispanoamerica es deudora de INGLATERRA por 35.000.000 (treinta y cinco millones) de libras, 18.000.000 (dieciocho millones) por empréstitos impagos y el resto por deudas  a empresas exportadoras. En su obra  “La guerra de España”, CHATEAUBRIAN ratifica la dependencia al decir “…resulta de este hecho que en momento de la emancipación las colonias españolas  se volvieron una especie de colonias inglesas…”
     La mano de Inglaterra  estrecha a los insurrectos  y se compromete con FERNANDO VII  a colaborar en la represión, los documentos  que dejaron el VISCONDE DE STRANGFORD, CASTLEREAGH (canciller ingles), CANNING y JOSEPH PLANTA, los demuestran como gestores de empréstitos para asegurar la dependencia futura.
      Hombres de la talla de BOLIVAR, SAN MARTIN, SUCRE  luchan denodadamente por mantener la unidad hispanoamericana  y evitar los conflictos localistas que la disgregarán, en un enfrentamiento donde la idea de una sola América los llevó a ser considerados contrarrevolucionarios.
     Una y otra vez el ideal de independencia política y económica  por la que lucharon aquellos hombres recorrerá selvas, montañas y llanuras, el PARAGUAY es un vívido ejemplo, en él se cometió el peor de los genocidios tratando de impedir que un pueblo rigiera su propio destino.
    JUAN BAUTISTA ALBERDI escribió “ …hay dos modos de escribir la historia, según la tradición y forjada en la leyenda popular, que es de ordinario historia forjada en la vanidad, una especie de mitología con base histórica; o según los documentos, que es la verdadera historia pero que pocos se atreven a escribir , de miedo a lastimar la vanidad del país con la verdad…”
       Estamos hoy entrando a los podemos considerar la historia mancillada cuando nos encontramos, como dice TZEVETAN TODOROV (DIARIO EL PAIS, ESPAÑA, 7 DE DIC 2010): “… LA MEMORIA COLECTIVA ES SUBJETIVA: REFLEJA LAS VIVENCIAS  DE UNO DE LOS GRUPOS CONSTITUTIVOS DE LA SOCIEDAD; POR ESO PUEDE SER UTILIZADA POR ESE GRUPO COMO UN MEDIO PARA ADQUIRIR O REFORZAR UNA POSICION POLITICA. POR SU PARTE, LA HISTORIA NO SE HACE CON UN OBJETIVO POLITICO ( O SI NO ES UNA MALA HISTORIA) SINO CON LA VERDAD Y LA JUSTICIA COMO UNICOS IMPERATIVOS.       
  
DR. VICENTE  E. GUERRERO BERNABEY
EDITOR DE LA REVISTA MEDICA RAZETTI (PREMIO “ALI RIVAS GOMEZ” FMV)
MEDALLA “HERRERA LUQUE” OTORGADA POR LA FMV
MIEMBRO DE LA ASOCIACION DE MEDICOS ESCRITORES
Email:  vgbernabey@gmail.com




jueves, 22 de noviembre de 2012

Con sus flores y bromelias se fue el Hno. Jesús Hoyos.

Por: Carlos Maldonado-Bourgoin
Las Ciencias Naturales venezolanas están de duelo. El 18 de los corrientes se fue el Hno. Jesús Hoyos Fernández, religioso lasallista por quien los venezolanos aprendimos a conocer, plantar, valorar y conservar nuestras especies arbóreas frutales, ornamentales y exóticas… Algunos libros del Hno. Hoyos, en ediciones artísticas de Ernesto Armitano, embellecen bibliotecas y salones.

Nacido en 1927 la Provincia de Santander (España), el Hno. Jesús Hoyos llega a Venezuela y se forma en las aulas de la escuela normal La Salle. Prosigue estudios en el Colegio La Salle de Tienda Honda; y se gradúa de Licenciado en Ciencias Biológicas en la UCV. Prosigue cursos en la Universidad de Lovaina y en el Museo de Ciencias Naturales de París.

El Hno. Hoyos perteneció a la generación intermedia de educadores religiosos que desarrollaron una labor formadora encomiable; él, mejor conocido como el Hno. Antonio Tomás, dirigió el Colegio La Salle de Guaparo. Los Hermanos de La Salle estarán cumpliendo un siglo de haber llegado a Venezuela en el 2013.

El primer plantel fue el Colegio La Salle de Barquisimeto. Valga recordar a Louis Alfred Silvano Pratlong Bonicell Gal, hermano Nectario María, director emblemático del colegio quien consagró su hacer al país, por él conocemos muchas temas venezolanos. Valga recordar a Pablo Mandazen Soto, el “Hermano Ginés”, tan vinculado a la Fundación La Salle de Ciencias Naturales.

El Dr. Jesús Hoyos Fernández fue clave en la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle. Entre sus títulos figuran: Árboles cultivados en Venezuela; Árboles para mi ciudad; Árboles que son emblema; Arborización y mantenimiento de áreas urbanas; Arbustos tropicales Ornamentales; Los Árboles de Caracas…; Árboles tropicales Ornamentales cultivados en Venezuela; Arboricultura urbana; Bromelias para aficionados; Flora de la Isla de Margarita; Flora de las Regiones de Venezuela; Flora Emblemática de Venezuela; Flora tropical ornamental; Frutales en Venezuela; Frutales en Venezuela: Nativos y exóticos; Guía de Árboles de Venezuela; Guía de prácticas de Biología. Su producción hemerográfica en revistas científicas y de divulgación es extraordinaria.

Por la inmensa labor un Centro Ecológico lleva su nombre, Hno. Jesús Hoyos Fernández, recibió el Premio Nacional de Conservación 1997 y el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Abierta.

Trabajo exhaustivo muy comentado del Hno. Jesús Hoyos fue Imagen y huella del Hermano Ginés. Venezuela tendrá algún día que dedicar una imagen y huella al Hermano Jesús Hoyos Fernández. Por él aprendimos a querer nuestros árboles y plantas ornamentales y exóticas. Muchas especies figuran en instituciones científicas gracias a las catalogaciones del Hno. Hoyos.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Salias y el Himno Nacional

Eumenes Fuguet Borregales (*)
El 17 de septiembre de 1814 resultó una fecha fatal para nuestra historia, al caer ajusticiado en Puerto Cabello, el distinguido médico y escritor caraqueño Vicente Salias, hijo de don Francisco Salias y doña María Margarita Sanojo, familia destacada por su decisiva participación en la lucha emancipadora. Nacido el 23 de marzo de 1796, correspondió a Francisco el 19 de abril de 1810, conminar enérgicamente al capitán general Vicente Emparan, en la Catedral de Caracas, a devolverse al Ayuntamiento, hecho que permitió cambiar la historia revolucionaria de los blancos caraqueños. De sus hermanos, Juan, oficial de caballería, murió fusilado en la Nueva Granada en 1816; Pedro, también oficial, murió en el combate de Aragua de Barcelona en 1814. Como médico, Vicente Salias participó activamente en la campaña de vacunación antivariólica en 1804. El 19 de abril de 1810, siendo partícipe activo en la actividad revolucionaria, junto al doctor Rafael Villarreal y el sacerdote José Cortés de Madariaga, escribió las estrofas marciales del que posteriormente sería nuestro glorioso Himno Nacional, el "Gloria al Bravo Pueblo".

Para informar sobre los acontecimientos políticos y solicitar apoyo, la nueva Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, envió a Salias junto a Mariano Montilla en misión diplomática a Curazao y Jamaica. Resultó de los primeros civiles incorporados a la Sociedad Patriótica, fundada a finales de 1810. Como escritor, destacó con su verbo y pluma en la redacción del periódico "El Patriota Venezolano", órgano de la Sociedad Patriótica. Escribió notables obras, siendo "Melicomanías" una de las más importantes, elogiada por Cristóbal Rojas.

En 1811 fue designado Secretario de Hacienda; apoyó a Miranda en la campaña militar del centro de Venezuela y estaría presente en los sucesos de la capitulación de San Mateo de 1812. Hecho prisionero, fue conducido a las mazmorras de La Guaira, Puerto Cabello y Valencia, donde logró su liberación en marzo 1813 junto a su hermano Francisco, gracias a las órdenes del Comisario General de la Real Audiencia de Cádiz, para de inmediato unirse al ejército del Libertador, siendo designado para dirigir la Gaceta de Caracas hasta mayo de 1814, cuando la presencia del sanguinario José Tomás Boves le obliga a embarcar hacia Curazao, con tan mala suerte que su embarcación fue capturada, resultando apresado y enviado nuevamente al Castillo San Felipe de Puerto Cabello, donde fue ahorcado el 17 de septiembre de 1814, por instrucciones del general Juan Manuel Cajigal. Sus últimas y recordadas palabras fueron: "... Rodeado de mis camaradas de Valencia y celebrando el 19 de abril, cometí el delito que hoy me sienta en este banquillo. Hoy frente a frente con la muerte, oídme Dios Omnipotente, si allá en el cielo admites a los españoles, entonces... renuncio al cielo"; contaba treinta y dos años. En los momentos de la revolución independentista de 1810, el "Gloria al Bravo Pueblo" no fue la única canción revolucionaria del despertar heroico de los venezolanos, también se escuchaba la canción "Caraqueños, otra época comienza", de Andrés Bello y música de Cayetano Carreño. La música del "Gloria al Bravo Pueblo", atribuida a Juan José Landaeta, se cree que pudo pertenecer al insigne compositor Lino Gallardo. En 1810, el "Gloria al Bravo Pueblo" resultó ser la canción patriótica más popular, por su sentir inspirado en las nobles ideas emancipadoras y religiosas, enaltecedoras del espíritu revolucionario, a raíz de la expulsión de las autoridades españolas. El mes de julio en Cádiz, informaron que en Caracas se entonaba una canción inspiradora que servía de modelo para que todos los pueblos de la América española siguieran su ejemplo.

El 25 de mayo de 1881, el presidente Antonio Guzmán Blanco declaró el "Gloria al Bravo Pueblo" como Himno Nacional de Venezuela, obviando los autores de su letra y música; aspecto que salió a relucir en 1883, con motivo del centenario del nacimiento Bolívar, ocasión que permitió a Salias y Landaeta ser reconocidos como los autores de la letra y música, decisión apoyada en el trabajo de recopilación realizado por el doctor Eduardo Calcaño.

El decreto de Guzmán Blanco se complementa el 17 de febrero de 1954, cuando el general Marcos Pérez Jiménez aprueba la Ley de Bandera, Escudo e Himno Nacional como símbolos de la Patria.

(*) General de brigada (Ej)

eumenes@cantv.net


Diario El Carabobeño

Historia y Tradición

domingo, 18 de noviembre de 2012

Pedro Antonio Leleux, "salvó el archivo de Miranda"

Eumenes Fuguet Borregales (*)
El 10 de noviembre de 1781 nace en la población de Calais, importante puerto francés ubicado al Norte cerca de Dunkerque, Pedro Antonio Leleux, realizador de importantes actividades en beneficio de la emancipación; la historia lo registra como el "salvador de los documentos del siempre precursor". Contaba veinte años de edad cuando una vez realizados los estudios se traslada a Londres, obteniendo empleo en una empresa dedicada a la tipografía y venta de libros; en su actividad mercantil conoce a un apasionado por la lectura y adquisición de libros, al "más universal de los venezolanos", poseedor de una de las bibliotecas personales mas importantes de la época con quien entabla gran amistad y afinidad en las ideas basadas en los postulados de la revolución francesa. La llegada a Londres el 10 de julio de 1810 de la comisión venezolana integrada por el coronel Simón Bolívar, Dr. Luís López Méndez y Andrés Bello como secretario y traductor; enviada el 6 de junio por la Junta Suprema de Caracas, para informar sobre los acontecimientos del 19 de abril, buscar apoyo político y financiero, aprovecha la oportunidad para entrevistarse con Miranda. Antonio Molini secretario de Miranda y Pedro Antonio Leleux, recién designado secretario de Bolívar, están presente en las conversaciones llevadas a cabo para convencer al futuro generalísimo, trasladarse a Venezuela con la misión de aplicar su experiencia militar y amplios conocimientos en apoyo de los jóvenes revolucionarios caraqueños iniciados en la fragua de la nueva república. El entusiasmo de Leleux lo motiva embarcarse hacia Venezuela con Bolívar en el "Saphire" el 21 de septiembre de ese año; López Méndez y Andrés Bello se quedan en Londres con Miranda y alojados en su residencia continuando las diligencias .El "Saphire" llega a La Guaira el 5 de diciembre; Bolívar se encarga de preparar el arribo de Miranda materializado el 10 de ese mes en el navío "Avon". Se activa a finales de diciembre la Sociedad Patriótica que mas adelante a comienzos de julio de 1811, motivará al Congreso a discutir y declarar la independencia. Leleux participa activamente en esta sociedad, y por recomendación de Miranda es nacionalizado. Con lealtad y desprendimiento acompaña a Miranda en las campañas realizadas en julio y agosto de 1811 contra Valencia, y en 1812 en el centro de Venezuela hasta la capitulación firmada el 25 de julio de 1812 ante el capitán de fragata, el canario Domingo Monteverde. Miranda se traslada el día 30 en horas de la tarde a La Guaira con la finalidad de embarcar el 31 de julio hacia Curazao, pero en la madrugada es detenido por varios oficiales entre ellos Bolívar, Miguel Peña y Tomás Montilla; entregado al comandante Manuel María de las Casas, gobernador militar de La Guaira, designado en el cargo precisamente por Miranda, éste exterioriza:"Bochinche, bochinche, esta gente no sabe sino hacer bochinche". Llevado a las bóvedas de La Guaira, a Puerto Cabello, Puerto Rico y finalmente a Cádiz. Estando en prisión diría: "me pesan mas las traiciones de mis compañeros, que la cadenas que llevo puestas". Por suerte los archivos pudieron ser embarcados horas antes a bordo del "Saphire" por Leleux y partir rumbo a Curazao al mando del capitán Henri Haynes; valioso material salvado a tiempo del daño o destrucción a que hubiera lugar en caso de que hubieran caído en otras manos. El traidor de las Casas había ordenado abrir fuego a los barcos anclados en La Guaira, para que los patriotas que huían de Monteverde no pudieran escapar, hundiendo la goleta "Guillermina"; el "Saphire" y el bergantín de guerra "Celoso", pudieron salir a tiempo. En la isla Leleux entrega los baúles a la firma inglesa Robertson y Belt, cuyo representante George Robertson por casualmente se encontraba en La Guaira y acompañó a Leleux en el viaje. El "Saphire" igualmente llevaba dos baúles de Simón Bolívar bajo responsabilidad de Tomás Ascate su sirviente. El único oficial que pudo escapar en el "Saphire" fue Gregorio Mac Gregor y su esposa. Leleux al tener noticia de la llegada a esa isla de Bolívar y Ribas el 10 de septiembre, los busca y juntos se dirigen hacia Cartagena, donde será ascendido a teniente coronel, designado Secretario de Guerra y recibe la nacionalidad neogranadina por parte del gobernador Manuel Rodríguez Torices. Acompaña al futuro Libertador en la Campaña Admirable. A finales de 1814 se dirige al pueblo natal dedicándose a la labor impresora, llegando a fundar un periódico; en Calais contrae matrimonio con Eugénie Millard. Al tener información de la conclusión de la guerra regresa a Bogotá en 1822, donde estará pendiente al igual que Tomás Molini de Leandro y Francisco, hijos de Miranda quienes visitan esa ciudad en 1824, ofreciendo en venta la valiosa biblioteca de su padre. Leleux regresa ese año a Calais, ocupándose de labores de imprenta, y colateralmente miembro de organizaciones oficiales, mercantiles y de fraternidad hasta la fecha de su fallecimiento el 14 de enero de 1849. Bolívar lo consideraba persona de honor, con mucho juicio, talento e instruido para el servicio público.

(*) Gral. de Bgda

eumenes7@gmail.com
Historia y Tradición

viernes, 16 de noviembre de 2012

LA ELEFANTA LUCKY


  Por Oldman Botello     
05-10-2012 061656 a.m.jpg                                                                                             
   Ingrata la mañana del tres de octubre cuando se  anunció oficialmente la muerte de la legendaria elefanta Lucky, atractivo principal del viejo zoológico de Maracay inaugurado hacia 1915.
   La elefanta amaneció  desplomada, algo inusual en ella y alarmó a los funcionarios del zoológico. Se movilizaron con una grúa  y la mantuvieron en pie, aplicando suero y otras medicinas hasta las 11 de la mañana cuando expiró, en medio del dolor de todos.
   El general Gómez  hizo traer el primer elefante, también joven, comenzando la década del veinte del siglo XX y que falleció en los años cuarenta.  La elefanta Lucky llegó al país de tres años de edad a mediados de 1953. Primeramente se había establecido contacto con el zoológico de Hamburgo, uno de los más viejos del mundo, pues fue fundado en 1903.
  En la sesión del Concejo de Maracay del 13 de enero de 1953, el presidente de la corporación, Dr. Eleazar Alcalá de Armas, solicitó autorización a sus colegas del Concejo para comprar la elefanta que le ofrecían, además de una jirafa y un camello. La cámara le dio el visto bueno y siguieron los trámites, pero la elefanta no fue adquirida en el zoológico de Hamburgo sino a la firma C.U.L. Behrend, de Hannover, ciudad alemana. La adquisición de los exóticos animales complementados con la jirafa, el oso polar y dos pavos reales blancos comprados en Bélgica, alcanzaron a la suma de Bs. 120.000 erogados por las rentas municipales. Desde mediados de 1953 se hallaba entre nosotros la elefanta que todos conocimos de niños y se disfrutó hasta la generación presente. Mucho recordaremos y añoraremos al gigantesco proboscidio al que solíamos voltear a verla cuando pasábamos frente al viejo zoológico. Hasta siempre, Lucky.
                                oldmanbotello@hotmail.com

viernes, 9 de noviembre de 2012

III. Parte: A ciento trece años del despojo de los territorios de la Guayana Esequiba al oeste del río Esequibo

  Oscar José Márquez

1899 Tribunal Arbitral integrantes- Colección Fundación La  Guayana Esequiba 



En 16°. Lugar en el marco del proceso de culminación de las guerras napoleónicas se firma el acuerdo secreto  de la Paz  de París,   cuyo  artículo 1°, establece  un sistema real y permanente de equilibrio de poderes en Europa, decididos y establecidos estrictamente por Rusia, Austria, Prusia, y la Gran Bretaña.

Estas  cuatro grandes potencias, aspiraban entre sí  a preservar mediante  razonables y honestos sacrificios la paz en vista  que habían salvado a Europa.

El texto del referido artículo  inicialmente no se  le comunico al  resto de las naciones que enviaron a sus delegaciones,   por lo cual no estaban obligadas a cumplirlo legalmente.  No obstante en la práctica no les quedo otro remedio que aceptarlo siendo    España la más afectada,  aunado a que sus  colonias en América se encontraban en franca rebelión en especial los territorios que comprendían la Capitanía General de Venezuela, procediendo a firmar el Tratado de París en  el mes de julio de ese año de 1814. 

Por su parte Francia había firmado  con sus  adversarios   el referido Tratado de París  del 30 en mayo de 1814. Su rey una vez restablecida la monarquía, por el artículo 1° garantizaba  la seguridad, y la estabilidad en Europa y en su artículo 2°, tipificaba  que: “…el Reino de Francia conserva la integridad de sus límites tales como existían el primero de Enero de 1792. Recibirá además un aumento de territorio comprendido en la línea de demarcación fijada en el articulo siguiente…”.

Como podemos apreciar  a pesar de que la conflagración bélica se había iniciado por parte de los franceses  debido a   las ambiciones y del expansionismo de Napoleón,   su pérdida territorial fue  escasa solo le entrego a la Gran Bretaña las islas de Tobago, Santa Lucia y  la de Francia. En América. Sin embargo este  Tratado será la base del Primer Congreso de Viena Celebrado con el fin de restablecer las fronteras de Europa tras la derrota y abdicación de Napoleón celebrado entre el 1 de octubre de 1814 y el 09 de junio de 1815. 

Sin embargo en el ínterin de estas negociaciones la Gran Bretaña y las Provincias Unidas de los Países Bajos (Holanda). Proceden a firmar en Londres   por separado a espaldas del resto de las potencias aliadas el Tratado del 13 de agosto  de 1814.   A través del  cual la Gran Bretaña se compromete por el articulo 1° a restituir: “…en el plazo que se fijará en seguida, las colonias factorías y establecimientos de que Holanda estaba en posesión al principio de la última guerra, es decir, el 1°.de enero de 1803 en los mares y continentes de América , África y Asia, con excepción del Cabo de Buena Esperanza y los establecimientos de Demerara, Esequibo, y Berbecí, de los cuales las Altas partes contratantes se reservaban el derecho de disponer por una convención suplementaria que se ajustará en seguida conforme a los intereses mutuos de ambas parte, y en particular en relación con las estipulaciones contenidas en los artículos VI,  y  IX del Tratado de paz concluido entre Su Majestad Británica y Su Majestad Cristianísima el 30 de mayo de 1814…”. Observamos que es evidente  la referencia  al Tratado de París.

Por otra parte no cabe duda que los mismos holandeses no se crían con derecho a reclamar  ningún territorio al oeste y al norte del Esequibo, desde el mismo momento que no habían incluido ningún otro en la mencionado Tratado  de enajenación a la Gran Bretaña del 13 de agosto  de 1814, firmado en Londres.

Recordemos que en 1802, por el Tratado de Amiens, la Gran Bretaña se habían comprometido a restituir a Francia y  a sus aliados España y  la República Bátava (Holanda), por su artículo 1°. “…todas las posesiones y  colonias que respectivamente  les pertenecían y que hayan sido ocupadas o conquistadas por fuerza británicas en el curso de la guerra con excepción de la Isla de Trinidad y de las posesiones holandesas en la isla de Ceilán…”.

Previéndose para tal devolución o  entrega según el Artículo 14° del Tratado de Amiens, un lapso de tres meses a partir de su ratificación. La certificación del cambio de ratificaciones por la Gran Bretaña se efectuaron el 23 de abril y los  República de Bátava  el 24 del referido mes y año  de 1802.  Pero en la realidad la entrega material de los referidos territorios  se efectuó a medias, por diferentes causas  aun en día no muy claras, ya  que no fue sino hasta el 03 de diciembre de 1802,    en que aparentemente le son restituidos los establecimientos de Demerara, Berbecí y Esequibo, (Colonia esta que solo llegaba hasta el río Esequibo según el Tratado de Muster que era el instrumento bilateral que regulaba los aspectos territoriales hispano holandesas),  a la Republica de Bátava.

Al año siguiente la Gran Bretaña procede a retomar nuevamente  los establecimientos entre los ríos Esequibo y Demerara,  bajo circunstancias no muy claras y los de Berbecí, por la fuerza cinco días más tarde, al reanudarse    las hostilidades como consecuencia de romper  el Tratado de Amiens y declararle la Guerra a Francia, el 18 de mayo de 1803.

Retomando la Primera Paz de París  apreciamos  que la Gran Bretaña, en el marco de este procede a  sacar  ventaja  sobre el resto de las naciones involucradas en las guerras napoleónicas.  Especialmente ante sus aliados Rusia, Austria, Prusia al firmar el 13 de agosto  de 1814,  un Tratado con las Provincias Unidas de los Países Bajos (Holanda).

Adelantándose así a la firma de las  bases para el funcionamiento  del Congreso de Viena, con el resto de sus tres aliados  el 20 de septiembre de 1814,  en que toman la decisión de que las cuatro potencias Rusia, Austria, Prusia, y la propia Gran Bretaña: “…deberían de firmar un protocolo, reservándose para sí la decisión final en todas las cuestiones territoriales…”. Este protocolo seria comunicado primero a Francia y España y luego al Congreso entero de Viena.

Con la firma prematura del Tratado del 13 de agosto  de 1814, evadió seguramente la regla señalada anteriormente.   Logrando la Gran Bretaña posesionarse o   introducirse en el continente Suramericano, sacándoles ventaja a sus aliados y adversarios. Especialmente a Holanda que había sufrido los rigores y la humillación de la conquista francesa,  que  la  invadió en 1795, remplazando  a  las Provincias Unidas por la República de Bátava entre 1795 a 1806 convirtiéndose así en una república satélite de Francia, a partir del tratado de Campo Formio,  por un periodo de doce años,  padeciendo   un proceso de afrancesamiento cultural y lingüístico. Por supuesto que fue una  aliada de Francia por la razón de las armas bajo su control.   

Entre 1806 y 1810  estuvo bajo el reinado de Luis Bonaparte,  como Reino de Holanda,  siendo integrada finalmente al Primer imperio francés entre 1810 a 1814, al ser los  franceses derrotados después de la Batalla de Leipzig, o de las Naciones  por parte de las potencias aliadas los franceses proceden a  retirarse de suelo holandés.

Como y porque  logro la Gran Bretaña, convencer al Príncipe de Orange, de aceptar  jurídicamente un hecho que se venía dando desde 1796, de ceder formalmente  sus establecimientos coloniales  de Demerara, Berbecí, y Esequibo, y que al occidente limitaban con España a través de la Capitanía General de Venezuela en el río Esequibo.    Bajo las difíciles circunstancias de haber sufrido los avatares de  la dominación francesa entre 1795 a 1814.

Quizás por  el  primer artículo adicional de los  numeral 3°, 4° del Tratado de Londres  del 13 de agosto  de 1814 se  despeje esta incógnita en parte en vista que su preámbulo establece: “…que las Altas partes contrayentes han convenido por el presente artículo en que Su Majestad Británica tome a su cargo los siguientes gastos…”  

“…2°. La cantidad de dos millones de libras esterlinas destinadas a emplearse de acuerdo con el Príncipe soberano de las Provincias Unidas de los Países Bajos y a mas de una suma igual que suministrara este Príncipe para aumentar y fortificar una línea defensiva de los Países Bajos…”.

“…3°. A sufragar conjuntamente y en parte igual con Holanda todos los gastos ulteriores que se fijen y convengan de común acuerdo entre dichas Altas partes Contratantes y sus aliados, con el objeto de consolidar y establecer finalmente de una manera satisfactoria la unión de los Países Bajos con  Holanda, bajo la dominación de la casa de Orange, no debiendo exceder de tres millones de libras esterlinas la cuota parte que debe suministrar la Gran Bretaña…”.

El segundo aparte de este numeral 3°. Es claro,  preciso y conciso al señalar textualmente “…En consideración de los compromisos arriba mencionados, el Príncipe soberano de los Países Bajos, consiente en ceder en toda soberanía a su Majestad Británica, el cabo de Buena Esperanza y  los Establecimientos de Demerara, Esequibo y Berbecí,…”, estableciendo otras condiciones  respecto de los súbditos holandeses, sus propiedades y comercio.   

Podemos determinar que prácticamente fue una venta en  vista de que  al concluir las guerras napoleónicas los holandeses estaban completamente arruinados, debido al bloqueo continental y de alguna manera se requería restaurar la corona holandesa destituida durante ese periodo de ocupación francesa. Convirtiéndose en la práctica además los referidos establecimientos Demerara, Berbecí, y Esequibo,  en una especie de canje que permitieron  a su vez la  transición hacia  nuevas autoridades,  al señalarse esto como un objetivo en  el numeral 3° del primer artículo adicional: “…con el objeto de consolidar y establecer finalmente de una manera satisfactoria la unión de los Países Bajos con  Holanda…”. Así como el establecimiento  de sus  relaciones diplomáticas  y su reconocimiento por las potencias.

Por otra parte como señalaremos anteriormente  España  no participo y no  se le informo:
 1ro.  Sobre el Primer Tratado de Paz de París,  del 30 de mayo de 1814 que terminó aceptando y firmando  dos meses más tarde en julio.

2do. No se le informo ni participo en la redacción  del Tratado del 13 de agosto de 1814,  entre  la Gran Bretaña y las  Provincias Unidas de los países Bajos,  ni tuvo conocimiento del texto del artículo  1°,  que señalaba que la Gran Bretaña se comprometía a restituir: “…en el plazo que se fijará en seguida, las colonias factorías y establecimientos de que Holanda estaba en posesión al principio de la última guerra, es decir, el 1°.de enero de 1803 en los mares y continentes de América , África y Asia, con excepción del Cabo de Buena Esperanza y los establecimientos de Demerara, Esequibo, y Berbecí, de los cuales las Altas partes contratantes se reservaban el derecho de disponer por una convención suplementaria…” y menos aun de la convención suplementaria. Ya que era parte afectada por poseer límites con Holanda hasta el río Esequibo.

En 3er. lugar España no participo en la redacción de las bases del Congreso de Viena en la que se establece que Rusia, Austria, Prusia, y  Gran Bretaña: “…deberían de firmar un protocolo, reservándose para sí la decisión final en todas las cuestiones territoriales…”. Protocolo este que posteriormente a su firma se le comunicado primero a Francia y España,  y luego al resto de los integrantes del Congreso de Viena.

Nos preguntamos si en el marco de esta regla España, podía haber exigido como parte interesada por lo menos la revisión del Tratado del 13 de agosto de 1814,  entre  la Gran Bretaña y las  Provincias Unidas de los países  Bajos.

Apreciamos que España por una serie de razones, de maniobras políticas  y de errores de ella misma,  fue sacada del contexto  del  juego geopolítico europeo, en benéfico de la Gran Bretaña,   cuando ella era parte, afectada por ser  vecina y colindante con  Provincias Unidas de los países  Bajos en el río Esequibo.

Cuando analizamos   el periodo de veinticuatro años entre 1790 y 1814 signado por las guerras napoleónicas las cuestiones de límites mal que bien en los diferentes tratados estaban bien definidas o sobreentendidas.  

En 1791, España y Holanda firman el Tratado de Extradición,  mediante  el  cual se reconoce la posesión holandesa de las colonias de Esequibo, Demerara, Berbecí y Surinam, situadas todas al este del río Esequibo. Al señalar en su artículo 1° “…se establece la restitución reciproca de los fugitivos blancos o negros entre todas las posesiones españolas en América y las colonias holandesas, particularmente entre aquellas en que las quejas de deserción han sido más frecuentes, a saber, entre Puerto Rico y San Eustaquio, Coro y Curazao, los establecimientos españoles en el Orinoco y Esequibo, Demerary, Berbecí y Surinam…”  

Para nuestro concepto  por el convenio de extradición de Aranjuez, del 23 de junio de 1791, se nombra  como españolas las colonias de Puerto Rico, Coro, y el Orinoco,  y como holandesas las de San Eustaquio, Curazao,  Esequibo  Demerara, Berbecí y Surinam.

Y atendiéndonos al derecho y a verdad de los hechos los ingleses no podían alegar ningún otro  título a la posesión en la  Guayana   que de este modo les trasmitió Holanda, siendo de notar que España había repelido varias veces con las armas las tentativas que  habían hecho los holandeses para ensanchar allí sus dominios en detrimento de su legitima soberanía.

El 10 de Marzo de 1796, el cartógrafo español Francisco Requena quien tenía amplia experiencia por haber vivido en la amazonia,  desempeñándose  como  Primer Comisario de la  Comisión del Marañón (Amazonas), la cual cumplió por un lapso de diecisiete años.   En su  Proyecto y Reflexiones sobre la mejor demarcación de límites entre las coronas de España y Portugal, señala por donde debe de ir la línea de demarcación entre ambos reinos e  indica que es muy fácil de acuerdo a los artículos IX,  y  XII, de los tratados de de 1750 y 1777 al señalar que:

 “…están de acorde y expresan que seguirá la frontera por la cumbre de los montes que median entre los ríos Orinoco y Amazonas; mas dado el caso que en algunos puntos no se hallasen montes ni serranías por cualesquiera collados o altura de terrenos por pequeña que fuese, podría seguir la expresada raya designada en el mapa con la letra (F) teniendo consideración al curso de las aguas y al nacimiento de ellas, puee todas las quebradas o vertientes que se dirigen al Rio Negro, al Rio Blanco (Branco), o directamente al río Marañón (Amazonas), deberían ser privativas de la corona de Portugal, con todas sus pertenencias, inmediaciones y orillas del mismo modo que cuantas se encaminasen al caño de Casiquiare, al río Orinoco y a los que a este son tributarios, serlos así mismo privativos y del dominio de la España. Esta cláusula del tratado evitaba toda disputa en lo sucesivo…”.  Apreciamos una referencia al río Branco, sobreentendiendo que al lado opuesto esta la cuenca del río Esequibo cuya posesión y pertenencia le correspondía  a  España de acuerdo al tratado de Muster.

Sin embargo Requena,  es más preciso sobre la pertenencia española de  la vertiente del Esequibo, al señalar en su informe que “…los portugueses a toda prisa están en el día adelantando sus establecimientos por las cabeceras del Rio Blanco (Branco) y por las vertientes que le suministran agua para prevenirse con los mayores esfuerzos a la ejecución del tratado y eludirlo si le es posible con nuevas poblaciones que no tuvieron cuando el mismo tratado se celebró,…”.

Continua el cartógrafo Francisco Requena,  señalando:  “…Por consiguiente no debe dilatarse la expresada línea hasta el cabo norte, como supuso un oficial de graduación en el manifiesto que remitió a S.M. sobre estas demarcaciones: lo primero porque los holandeses están adelantados con sus posesiones del río Esequivo, confinando con las de los portugueses hacia el Río Blanco (Branco), aunque no creo tengan las dos naciones formando a este respecto, hasta ahora, tratado o convención alguna…”. Quien más que este cartógrafo que por un periodo diez y siete años recorrió la Amazonia, levantando planos y elaborando mapas  cartográficos para señalar la hispanidad del río Esequibo.

 

La Guayana Esequiba- Zona en Reclamación MARNR 1994 


A ciento trece años del despojo  de los territorios de la Guayana Esequiba al  oeste del río Esequibo  I. Parte miércoles, 3 de octubre de 2012


A ciento trece años del despojo  de los territorios de la Guayana Esequiba al  oeste del río Esequibo  II. Parte
Martes, 30 de octubre de 2012


Bibliografía

1. Baralt, Rafael María. Resumen de Historia de Venezuela, Obras Completas, 1ra Edición. Universidad del Zulia, Maracaibo. 1960

2.BEERMAN, E.: "Pintor y cartógrafo en las Amazonas: Francisco Requena", en Anales del Museo de América,2, Madrid:  1994 Págs. 83-97

3. British Case, Boundary between British Guiana and Venezuela. Case presented on the part of the British Government to the Tribunal of Arbitration. Londres :1899

4. British Counter Case, Boundary between British Guiana and Venezuela. Counter Case presented on the part of the British Government to the Tribunal of Arbitration. Londres: 1899

5. British Argument, Boundary Between British Guiana and Venezuela. Argument presented on the part of the British Government to the Tribunal of Arbitration. Londres : 1899

8. Bolingbroke Henry. A Voyage to the Demerary cotanting a sustistical account of the settlemen there, and those of the Esequibo, the Berbice ano ter contiguos River of Guiana. London: Richard  Phillips 1808,  240 Págs

9. Cartas de Indias. Madrid: 1877

10. Cabrera Sifontes, Horacio. Guayana Esequiba, Caracas: Editorial Arte, 1970

11. Calcaño, Eduardo. El Derecho de Venezuela en la Cuestión con Inglaterra, Caracas: 1890

12. Charney, Jonathan y Alexander, Lewis M, (Editores) International Martime Boundaries, Washington-La Haya: 1993.

13. Jiménez de Aréchaga , E. Derecho Constitucional de las Naciones Unidas., Madriz. 1958. Escuela de Funcionarios Internacionales.Organización de las NNUU Tratado Sobre el Derecho de los Tratados. Conferencia de Viena. Viena: 1969

14.LUCENA GIRALDO, M.: Diario de la Exploración de Límites al Amazonas, Madrid.  1991.


15. Márquez Oscar José. La Guayana Esequiba Revisión y Crítica. Caracas: Inédito. 427 Págs.

16. Organización de las NNUU. Convención Modelo sobre el Procedimiento Arbitral de las Naciones Unidas Resolución No 1263. De la Asamblea General: New York

17. Richard Harding Davis. Three Gringos in Venezuela and America Central .New York Haper & Brothers Publishers. 1896,178 Págs

18. Rojas José María. El Diario de José María de Rojas de julio 1897 a febrero de 1900. Paris: 1900. 178., Págs Inédito

20. Rojas Armando Rafael Los límites de Venezuela con la Guayana Británica. Caracas: Ministerio de Relaciones Exteriores, 1962, 20 Págs.
_____________ El Inefable Sr de Martens El Nacional del 01 de Noviembre de 1965. Cuerpo A, Página A-4.

21. SUREDA DELGADO, Rafael. Venezuela y Gran Bretaña. Historia de una Usurpación. UCV, 1980.
22. Venezuela Case, Boundary between British Guiana and Venezuela. Case presented on the part of the British Government to the Tribunal of Arbitration. Paris :1899

23. Venezuela Counter Case, Boundary between British Guiana and Venezuela.
Venezuela Counter Case presented on the part of the British Government to the Tribunal of Arbitration. Paris:1899

25. Venezuela Argument, Boundary Between British Guiana and Venezuela. Venezuela Argument presented on the part of the British Government to the Tribunal of Arbitration. Paris : 1899

26. Venezuela. MRE .Aide-Memoire Entregado por el Canciller Venezolano, Marcos Falcón Briceño en 1963 al Canciller Británico, R.A. Buller. Londeres 1963

27. Venezuela. MRE. Denuncia e impugnación de la invalidez del Laudo Arbitral de Paris de 1899. Ante la Organización de las Naciones Unidas. New York: 1966

Bandera venezolana

Bandera venezolana

Automóviles de los 40

Automóviles de los 40