domingo, 28 de junio de 2015

Casa del General Páez en Valencia


Eumenes Fuguet Borregales (*)
Image result for Casa del General Páez en ValenciaImage result for Casa del General Páez en Valencia 
El general en jefe José Antonio Páez, héroe de la batalla de Carabobo, tuvo una especial deferencia con Valencia a partir de su triunfante ingreso al lado del Libertador, luego de realizar el magno combate el 24 de junio de 1821, que le mereció el máximo ascenso en el mismo campo de batalla; adquiere en 1822 la residencia ubicada en la avenida Boyacá con calle Páez, a poca distancia de la Plaza Bolívar y de la Catedral; será la preferida de las tantas  residencias que logró poseer en Caracas, Maracay y Puerto Cabello. Entre 1822 y 1830  la vetusta edificación fue remodelada por parte de los mejores maestros de obras. Páez desarrolló numerosas actividades de índole artística, donde la sociedad valenciana acudía a escuchar sus interpretaciones como barítono y a su pareja sentimental Barbarita Nieves como soprano. “El Centauro” deleitaba a  los asiduos visitantes con el piano, violín inclusive con el violoncelo. En ocasiones presentaba obras de teatro donde algunos protagonistas fueron sus compañeros en la lucha emancipadora. Las tertulias que se realizaban con frecuencia en la residencia valenciana contaban con especial y nutrida asistencia. El conocido pintor Pedro Castillo (1790-1858), abuelo de Arturo Michelena, realiza en los pasillos nueve grandes murales de las acciones militares de alto valor histórico donde participó “el Taita”, que le describía al artista con lujo de detalles sus vivencias  épicas que lo inmortalizaron. La casona sirvió luego de cuartel de policía, donde el visitante podrá apreciar cerca del frondoso árbol de mango, un sótano utilizado como calabozo del organismo represivo en tiempos de Gómez; anteriormente estuvo destinado como depósito de alimentos; en ese lugar se exponen armas, lanzas, bayonetas, vajillas y utensilios del siglo XIX, también se observará un pequeño espacio cercano al sótano donde se  torturaba a los presidiarios, funesto lugar construido en tiempos de Gómez. Fallecido Páez en Nueva York el 6 de mayo de 1873, la casona quedó en manos de la viuda  Doña Dominga Ortíz, quien la vendió a Don José Arroyal. El 15 de mayo de 1908 el doctor Samuel Eugenio Niño, Presidente (Gobernador) del estado Carabobo por instrucciones del Gral. Gómez, compró la casona a la sucesión Arroyal por la cantidad de veinte mil bolívares, ordena los trabajos necesarios bajo la supervisión del ingeniero Francisco de Paula García, con la finalidad de tenerla lista para las festividades centenarias del 19 de abril de 1810, que una vez adelantados fue declarada Museo del estado. Al siguiente año el general José Antonio Dávila en reemplazo de Samuel Niño, continuó las labores de remodelación, designando como ingeniero inspector a Juan Antonio Michelena, padre del eximio pintor Arturo Michelena; más adelante tendrá como supervisor de los trabajos al gran artista valenciano Andrés Pérez Mujica, que al fallecer, la continuación de las obras fue encargada a la viuda experimentada escultora. Con motivo del sesquicentenario de la Gran batalla de Carabobo la Casa de Páez fue designada “Museo Histórico”, con diversos salones que denotan una época y un estilo, mencionamos: El salón Presidencial, Salón del piano, Salón de las Aguas, el Salón del Sol y de los Amigos, donde se indica la lista de los amigos del “León de Payara”, civiles y militares empezando por el Libertador; también se observan las pinturas que reflejan personajes de la mitología griega: Zeus (Padre de los Dioses), Venus Afrodita (amor y belleza), la Fragua de Vulcano.  La Casa de Páez dispone de una  importante y valiosa biblioteca denominada Dr. Francisco González Guinán. En la fachada leen algunas inscripciones tales como: “Mi amigo es  mi otro yo”, “Primero olvidarme a mí mismo que a mis amigos” y “sin virtudes non hay Patria” entre otros.  En  abril  de  1936 funcionó como Biblioteca del estado la antigua residencia fue utilizada como sede de la Escuela de Derecho “Miguel José Sanz”, de la escuela “Bellas Artes, Ballet y Música” e incluso de la circunscripción militar. Por decisión del Ejecutivo Nacional en 1960 se entregó en calidad de comodato a la Digna Sociedad Bolivariana de Venezuela- Carabobo; en dicha sede funciona igualmente la Sociedad de Amigos de Valencia. Don Luís Ovalles es el actual Curador, muy preocupado por más de treinta años por el mantenimiento y la difusión de lo que encierra esta histórica casona ubicada en el centro de la ciudad del Cabriales.
(*) Gral. de Bgda.                                                                               eumenes7@gmail.com
                                                                                                                     @eumenesfuguet

domingo, 21 de junio de 2015

EL ORIGEN DEL TEQUEÑO ES CARAQUEÑO, DEL BARRIO CANARIO “EL TEQUE”

GERÓNIMO ALBERTO YERENA CABRERA*

LOS CANARIOS DEL TEQUE  Y LOS TEQUEÑOS.
"dura menos que una bandeja de tequeños..."  BARRIO  EL TEQUE.
PARROQUIA DE ALTAGRACIA Y ANTIGUAS QUEBRADAS CARAQUEÑAS AL NOROESTE DE LA CIUDAD.
SUCESOS DEL 11 DE JULIO DE 1811 EN EL BARRIO EL TEQUE
.


tequenos-venezolanos

INTRODUCCIÓN
    El origen del famoso tequeño, se ha atribuido a la ciudad de los Teques, actual capital del Estado Miranda, desde el año 1928. Pasapalo vernáculo, pero no multisápido, por lo menos, el original, el cual es el que se ha mantenido hasta el presente para deleite de los venezolanos y extranjeros que han tenido la dicha de probarlo, por  caracterizar a este apetitoso, ahora pasapalo, precisamente por su sabor sencillo y agradable, lo que hace que al comerse el primero produzca una reacción inmediata e incontenible de seguir picando y una de sus propiedades más resaltante es que no empalaga y da una verdadera sensación de haber comido-de haberse quitado el hambre-; de allí el decir que: "dura menos que una bandeja de tequeños..."     Este origen, atribuido a la ciudad de Los Teques, es algo que se ha repetido, tal como es frecuente en los relatos "refritos" sobre crónica. Quizás se debe a que fue donde se popularizó, llevado por las familias pudientes caraqueñas, quienes acostumbraban a  pasar temporadas o tener una segunda residencia en esa ,otrora,agradable ciudad.
   Ha influido el error de atribuir el origen del Tequeño a esta ciudad el desconocimiento de la historia y el haber borrado los caraqueños de su memoria el  famoso Barrio El Teque, situado en la Parroquia de Altagracia, sitio donde realmente se originó la elaboración del famoso Tequeño.

LOS CANARIOS DEL TEQUE  Y LOS TEQUEÑOS
    Los canarios de este barrio fueron los primeros en Venezuela en elaborar el apetitoso plato, no precisamente como pasapalo, sino, como  una comida para el desayuno y la cena, tal como nosotros comemos las  arepas o las exquisitas empanadas. Su elaboración fue tal cual como ahora se hace: masa de trigo enrollada rellena de queso blanco y luego frita. Era lo que ahora llamamos, en materia culinaria, un resuelve para los habitantes marginales de ese barrio; los cuales no contaban, aparte de recursos económicos, la disponibilidad de ofertas en las pulperias o los mercados de la época. Otra causa que influyó fue la de caer el barrio en desgracia con  los acontecimientos iniciales de la independencia, sobre todo, con los mantuanos, quienes no recordaron que de cada diez españoles que pisaron nuestra patria siete u ocho eran canarios y fueron ellos los que desarrollarón la agricultura.
   Si revisamos, por ejemplo, quienes eran los que cultivaban las numerosas haciendas en el Valle de Caracas y hacían el duro trabajo en ellas; o el nombre de muchas esquinas caraqueñas, bien sea por el nombre propio del personaje, o el nombre de su negocio, tal como llevan varias esquinas el nombre de una pulperia de canarios, verán quienes con su sudor forjarón el florecimiento de la patria.
   Su comida se hizo famosa en los pobladores de los alrededores de la ciudad y luego de desaparecer el barrio, familias pobres de  Caracas lo siguieron elaborando. Más tarde fue  preparado por  familias más pudientes quienes la llevaron al ,entonces,pueblo de los Teques  y fueron las que la popularizaron; regresando a Caracas con su nombre original de Tequeños y confundieron su nombre con esta ciudad, por olvido o ignorancia, más que por asociación.
BARRIO  EL TEQUE, PARROQUIA DE ALTAGRACIA Y ANTIGUAS QUEBRADAS CARAQUEÑAS
    El barrio El Teque junto al barrio de la Trinidad constituyeron  dos de los barrios más antiguos de la ciudad de Caracas, los cuales existieron desde comienzos y mediados del siglo XVIII respectivamente.Es de notar que ambos estaban ubicados en lo que actualmente es la parroquia de Altagracia y ambos perdieron su denominación en el transcurso del siglo XIX.
    En cuanto al barrio El Teque, se denominó luego Sabana del Teque, la cual fue parte de la zona que ocupaba el antiguo barrio, más adelante se le dió el nombre a una esquina, posteriormente también desapareció esta esquina, sólo queda el recuerdo cuando se mencionan en la historia de las esquinas caraqueñas (1).
    Quizás la primera vez que se hace referencia por escrito de este barrio, fue cuando se nombran los linderos de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia, separada como parroquia aparte de la Catedral en el año 1750, fecha en la cual el cantón o barrio quedó integrado a la parroquia. Estos datos aparecen registrados en la Matricula de la parroquia Altagracia. 1775. A. A. de C. Sección Parroquiales, Altagracia Caracas. Carpeta Nº 2 (2).

    La descripción de los límites de la parroquia de Altagracia donde se menciona por vez primera al barrio El Teque, es la siguiente:
“De Oriente a Poniente desde el río Catuche por la calle titulada de Cristo Crucificado, y plazuela de la misma parroquia a los Teques y campos correspondientes; y desde el Sur a Norte, desde la propia calle río arriba de Catuche al cerro La Guaira.”
    El barrio era una zona que abarcaba varias cuadras, compuestas de rancherías habitadas por una clase social de escasos recursos y limitado nivel educativo. La gran mayoría de los ranchos  estaban distanciados uno del otro, sobre todo al sur; estaban situados entre la quebrada de Quita Calzón y la quebrada de Los Padrones, actualmente embauladas totalmente sus trayectos; están ubicadas en  la zona más hacia el oeste de la parroquia de Altagracia. Esta zona al principio se llamó Cantón El Teque y luego, al ir reduciéndose su extensión por avance del urbanismo convencional, se denominó Barrio El Teque, tal como aparece en el plano de la ciudad del año 1810 (3), y, más preciso aún, en otra versión del plano de 1810 en conmemoración del centenario del 19 de abril, donde hacen una condensación de la Caracas de esa época hasta 1843, intervalo cuando Caracas no sufrió ninguna modificación en relación a su topografía urbanística (4).
   En los planos de 1810 y 1843, así como en el plano de 1801 elaborado por Francisco Depons, donde también figura el barrio, la quebrada de los Padrones aparece con el nombre de Quebrada de Leandro.  En el plano de 1897(5) se delimitan ambas quebradas, así como el resto de las quebradas caraqueñas para la época.
    Si estudiáramos un plano actual de la ciudad, el área estaría comprendida hasta mediados del siglo XIX, aproximadamente entre los siguientes límites:
Por el norte:
Hacia el este la actual esquina de Gobernador, por donde a media cuadra pasa la quebrada de los Padrones, y hacia el oeste a media cuadra de la esquina de Zapatero, sitio por donde baja la quebrada de Quita Calzón; a ese nivel la quebrada baja entre Zapatero y Cola de Pato.
Por el sur, se ampliaban sus límites entre la actual esquina de Bolero por el este, hasta ranchos dispersos cercanos a la esquina de Pagüita.
   Luego se pobló más la ciudad con construcciones de mejor calidad y el área de rancherías se fue reduciendo paulatinamente, ya en el Plano Topográfico de la Ciudad de Caracas levantado en 1875 por orden de Guzmán Blanco (6), desaparece el nombre del barrio; toda la zona de lo que para la época correspondía a la parroquia de Altagracia aparece con el nombre de sus actuales esquinas (aproximadamente 49 esquinas); pero, no así, desapareció del todo en el recuerdo de los caraqueños de esa época que allí existió ese barrio y aunque no de forma oficial se continúo llamando a esa zona El Teque; aunque sí, en el siglo XX se olvidó que allí nació el rico pasapalo; tal como sucede cuando se hace mención a La trilla la cual quedaba en la parte sur del El Teque, donde fue construida la mansión que es hoy el Palacio de Miraflores (7).
    Si revisamos El Plano de Caracas de 1890 elaborado por Pablo Díaz (8), observamos que la zona correspondiente al norte, entre las esquinas de Poleo y Buena Vista, nuevamente aparece destacada como El Teque, esto como recuerdo al viejo barrio casi desaparecido su nombre para la época (con un plano actual pueden constatar estas referencia sin dificultad).Aún a finales del siglo XIX los pocos ranchos que permanecían en sus alrededores, sobre todo en la parte oeste de la actual parroquia de Altagracia, se siguió llamando por costumbre El Teque, aunque la zona, en realidad, ya no correspondía a la original de los planos de 1810 a 1843.

SUCESOS EL 11 DE JULIO DE 1811 EN EL TEQUE
   José Nucete Sardi(9), con gran prudencia comenta lo que ocurrió en cuanto a el alzamiento y el fusilamiento de los canarios y cuida no entrar en detalles sobre el comportamiento y como fue la protesta:
" ...unos canarios se alzan en El teque; dias después son dominados y fusilados diez y seis"

    Enrique Bernardo Núñez, refiere que en la tarde del 11 de julio de 1811 aparecen en la sabana del Teque grupos armados con trabucos, pistolas y armas blancas. Se proponían tomar el cuartel de la Trinidad, que debía franquearles el cabo J. Roldán. Era la conspiración tramada contra el gobierno independiente por Juan Díaz Flores, José María Sánchez y fray Juan José García (10). Considero que esta versión del gran crónista de Caracas,lamentablemente, sin ninguna mala intención, es sesgada y es una consecuencia de la inquina en lo relatado por los mantuanos dominantes de la época.
    Carmen Clemente Travieso (11) en la descripción de la esquina de El Chorro también hace mención de una manera muy amena de este alzamiento de los canarios en El Teque; aunque igualmente sesgada, por el mismo motivo referido anteriormente.
    Don Lucas Manzano en su libro Crónicas de Antaño narra dos situaciones en relación al barrio El Teque:
La primera, en su artículo sobre El Puente Guanabano dice: “Los vagabundos de El Teque hacían suya la soledad imperante para desvalijar el viandante si era del sexo barbudo, o vejarlo, en no importa qué manera, si cubría su cuerpo con trajes vaporosos ” (12). El segundo acontecimiento, en su artículo Medio Siglo Atrás (13) -se refería al último cuarto del siglo XIX- comenta la graciosa y picaresca anécdota:
“ En las jerusalenes montada en escena en el teatro de corral situado en la Esquina de Pineda, don T. Rasgo, tuvo la osadía de distinguir su casa a renglón seguido de su patronímico con un 8 descomunal; allí se congregaban las compadrerías de El Teque y el Estado Vallenilla* para armar bululúes que comenzaban por una chirigota endilgada a la Magdalena, por su desproporción en el corpiño, y concluían con una tunda de garrote que ponía en tensión nerviosa la ciudad….”
   Es cierto que para la época narrada por Don Lucas Manzano, la situación con los habitantes del Teque era tal como la describe; pero el relato de lo sucedido el once de julio de 1811 en cuanto al modo en que estaban armados los canarios sí ha sido falseado.
  Otros cronistas respetados desmitifican esta última versión, refieren que es exagerado lo relatado en cuanto al armamento que llevaban los canarios; los cuales sólo estaban armados con palanganas y amuletos e iban haciendo un bullicio por sus calles. Condensando esta última versión cito a Urdaneta Ramón (14), quien desmitifica lo relatado por los mantuanos y sus seguidores,textualmente dice:
" 11 de julio 2011. En Caracas, en el pastoreño lugar sabanero El Teque, desde las tres de la tarde de ese día bajo la jefatura del caraqueño José María Sánchez, se alzan más de 60 isleños canarios contra el gobierno establecido y a favoe de Fernandeo VII, pero pronto se le domina a "pedradas", una vez detenidos se les fusila, sin pérdida de tiempo..."
 ¿A pedradas se le van a enfretar las milicias republicanas a canarios armados con trabucos, pistolas y armas blancas?
   Indudablemente había una animadversión por algunos personajes de esa época en contra de los canarios, tal como sucedio contra uno de los más notables ciudadanos de todas las épocas de nuestra nación: Don Francisco de Miranda. Hubo muchas rencillas sociales y raciales en el seno de la sociedad caraqueñas.Importante citar lo relatado por el historiador Augusto Mijares (15):
"...las divergencias que separaban a los grupos revolucionarios en aquellos días, y los que existían aun de persona a persona. Se sabe, por ejemplo, que los licenciados Miguel José Sanz y Antonio Nicolas Briceño eran enemigos de Bolívar por diferentes motivos... letrados como Roscio fueron enconados adversarios de Miranda..."
   Continúa Mijares:
" Ya veremos como una carta de Roscio a Bello, que comentaremos más adelante, cómo aquel Procér, a pesar de ser meztizo, se alarmaba o aparentaba alarmarse, por las "indiscretas murmuraciones de igualdad" que atribuía a Miranda y a los Ribas; en cuyo grupo incluye en otro párrafo, a Bolívar"

"No hay peor astilla que la del mismo palo"
QUEBRADAS CARAQUEÑAS
Estas quebradas mencionadas dejaron de figurar en los planos de Caracas a finales del siglo XIX; por una parte, al crecer la ciudad y la desforestación que la siguió, el caudal se fue reduciendo; y por otra, las quebradas en sí eran de un caudal pequeño, más aún en época de verano, y con la urbanización a su alrededor se transformaron al quedar embauladas, en simples conductos de drenajes; sólo queda como recuerdo las esquinas que llevan sus nombres: Esquina de Quitacalzón y esquina de Tinajitas; la quebrada de los Padrones, era de mayor caudal y está también embovedada, en muy pocos sitios se puede apreciar su lecho, desemboca en la quebrada de Caroata, cercana a la Esquina de Aserradero ( al sur del bloque tres del Silencio, casi coincide con la entrada del tunel de las torres del Centro Simón Bolívar).

*El Estado Vallenilla fue la denominación que se le dió a la zona actual de la parroquia La Pastora luego de terminada la Guerra Federal. Al designarse La Pastora como parroquia independiente de Altagracia dejó de usarse esta denominación.
 

1.- Gerónimo Alberto Yerena Cabrera. El Teque. Antiguo barrio de la Ciudad de Caracas. Blog Venezuela de Antaño. Caracas, 2 de agosto del 2009. http://venelib-antao.blogspot.com/.

2.- Lila Mago de Chopite. Caracas y su crecimiento Urbano. Publicación de la Unidad de Cultura y Publicaciones del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas.1986. p 81.
3.- Plano de la ciudad de Santiago de León de Caracas. 1810. Editado por el diario El Universal, Colección Histórica Mapoteca IGVSB.
4.- Plano de la Ciudad Santiago de León de Caracas en el año de 1810. “según apuntaciones del ilustrísimo Señor Don Mariano Martín y planos de F. de Pons; A.J. Jesurun y otros, historiadores e ingenieros, desde 1771 hasta 1843; con fecha 19 de abril de 1910 y firmado por E. Mendoza Solar. Recuerdo del primer Centenario de la Independencia de Venezuela”. Publicado en el libro Atlas de Venezuela. Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Dirección de Cartografía Nacional. Segunda Edición.1979.
5.- Caracas Plano de la ciudad. Situación de las parroquias foráneas. Por R. Razetti. 1897. Editado por el diario El Universal, Colección Histórica Mapoteca IGVSB.
6.- Plano topográfico de la ciudad de Caracas. Capital de los Estados Unidos de Venezuela. Plano levantado por orden del Ilustre Americano Gral Antº Guzmán Blanco. 1875. Atlas de Venezuela. Editado por el Ministerio de Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Dirección de Cartografía Nacional. Segunda Edición. 1979. p 14.
7.- Graciela Schael Martínez. Estampas Caraqueñas. Ediciones del Concejo Municipal del Distrito Federal. 1975. P 169.
8.- Lila Mago de Chopite. Caracas y su crecimiento Urbano. Publicación de la Unidad de Cultura y Publicaciones del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas.1986. El Plano de Caracas de 1890 elaborado por Pablo Díaz. p 225.
9.- José Nucete Sardi. La Ciudad y sus tiempos. Edición del Cuatricentenario de Caracas. p 35.
10.- Enrique Bernardo Núñez. La Ciudad de los Techos Rojos. Monte Avila Editores. 1998 .p 168.
11.- Carmen Clemente Travieso. Las esquinas de Caracas. Los libros del Nacional.2001.p 88
12.-Lucas Manzano. Crónicas de Caracas. Avila Gráfica, S.A-Impresores. Caracas 1951. P79.
13.- Ibidem.p 109.

(14).Urdaneta Ramón. Historia Culta de Venezuela. Fundur Editores. 2007. P 289.(15). Augusto Mijares. El Libertador. Tercera Edición. Comandancia de las Fuerzas Aéreas de Venezuela. Caracas. 1967. P184.

* yerena.geronimo@gmail.com

martes, 9 de junio de 2015

El discurso de Cariaco. Discurso histórico real de la ignorancia, repetido en el siglo XXI.






Muchas personas han oído en oportunidades acerca del famoso “discurso de Cariaco” pronunciado hace 65 años en nuestra población, que para la época no contaba con ningún servicio como agua, electricidad; las calles de tierra y las constantes inundaciones del río Carinicuao que arrasaba con todo lo que encontraba a su paso, amén de el único medio de transporte eran los burros.


El diario El Nacional publicó hace 27 años el discurso en sus páginas y recoge lo que a través de la oralidad llegó a manos del redactor de la época y lo publico tal como salió en su momento.


El año de 1947 se recuerda como un año en que la lucha política adquirió signos de violencia en muchas regiones de Venezuela. Los partidos AD, Copei, URD y PCV se disputaban las elecciones presidenciales. Asunción Guzmán, militante fundador de Acción Democrática, fue escogido para que hablara en un mitin en Cariaco, donde debía asistir el candidato presidencial Rómulo Gallegos.


Asunción Guzmán acudió a su amigo Andrés Barrios, urredista, encargándole que le hiciera “un buen discurso político” para leerlo el día del acto en la plaza de Cariaco. Barrios, bajo los influjos de las copas en una bodega de Carúpano, diseñó y confeccionó el discurso, pero con el agravante, o atenuante de que muchas frases y palabras, giros y gracejos fueron añadidos por otras personas que compartían la jarana alcohólica en ese caluroso mediodía carupanero.


La tradición oral ha conservado el texto del discurso. Asunción Guzmán, frente al público y de espaldas a un descomunal jabillo, expresó lo siguiente:

“Compañeros deportivos: hétenos aquí solemnemente instalados, serena la mirada, seguro el porvenir; aquí en Cariaco, con sus ríos caudalosos, sinuosos, brumosos y hermosos; aquí en Cariaco, con sus techos rojos, su blanca torre, sus azules lomas y sus bandas de tímidas palomas que hacen nublar de lágrimas mis ojos: porque Cariaco no es Casanay, ni Casanay es El Pilar, ni El Pilar es Tunapuy, ni Tunapuy es Pantoño, ni Pantoño es Cariaco, y yo estoy hablando precisamente en Cariaco” (grandes ovaciones).


“Por aquí pasó un tal Jóvito Villalba (silbidos y rechiflas) y se fue, pero no importa, porque como dijo nuestra querida compañera Juana de Arco, en un mitin de Acción Democrática en Tucupita, un amor se va ¡cuantos se han ido! Otro amor volverá más duradero y menos doloroso que el ya ido”.


“Aquí está con nosotros el compañero Severo Cortés, que no es severo ni cortés, pero es valiente. El compañero Severo, antes de la revolución de octubre, no sabía leer ni escribir y hoy pesan sobre sus espaldas cartapacios de libros y plumarios, y es de Correspondencias, Actas y Secretario, 192 de la Independencia y 85 de la Federación del año que sigue y cursa”. (Prolongados aplausos)


“Estamos satisfechos compañeros, por la obra creada desde el poder. En los años que tiene el compañero Betancourt al frente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, hemos construido nada menos que la Cordillera de los Andes, la Cordillera de la Costa, el Cabo de Tres Puntas, San Francisco, Malapascua, Punta Cardón, Punta Arena y la Península de Araya. Y si no hemos hecho el acueducto de Margarita, a los adecos nos cabe la honra de haber hecho la isla que no es lo mismo”.


Acuérdense compañeros, del compañero José Francisco Bermúdez, que montado en lo alto de este jabillo y mirando hacia el poniente dijo: “cariaqueños, de lo alto de este jabillo, cien siglos os contemplan”; acuérdense del compañero Simón Bolívar, cuando paseaba en las góndolas llenas de belleza, allá en Venecia, con su prima Fanny; y acuérdense también del compañero Jesucristo, cuando con cinco panes y cinco sardinas le dio de comer a cinco mil personas y eso que no había Junta Reguladora de Abastecimiento”.


“Compañeros, fíjense hasta donde llega el sectarismo de los urredistas, el sectarismo marrón, que una obra como Romeo y Julieta, los urredistas dicen que la escribió un tal “Cheskespiare”, claro, porque el “Cheskespiare” es urredista, pero todos sabemos en el partido que esa obra salió de la pluma vigorosa del compañero Domingo Alberto Rangel”.


“Compañeros…yo lo único que les pido es que voten por Rómulo Gallegos para la presidencia de la república. Gallegos es grande en el pensamiento y en la acción; Gallegos es tan grande, compañeros, que es capaz de echarse encima, él solo, la América del Norte, la del Centro, la del sur, Monagas, Anzoátegui, Nueva Esparta y Trinidad. Y abajo la banca, la industria y el comercio”.


Estruendosos los aplausos, los gritos, silbidos y rechiflas…No se entendieron las últimas palabras.

domingo, 7 de junio de 2015

FEDERICO EL POETA. UNA CRONICA DE AMORES IMPOSIBLES

JESUS ALFARO GARANTÓN*
                     
   
El romanticismo es una corriente filosófica nacida en el siglo XVIII, como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la ilustración y el clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Este movimiento se esparció en todos los ámbitos de la cultura. En la música se hizo muy manifiesta su influencia y se hizo patente en la ópera, liderizado por el genio de Richard Wagner.
Wagner, compositor alemán, fue la estrella en su momento y eso permitió el mecenazgo de parte de las grandes fortunas del momento. El músico famoso por sus composiciones operáticas, fue además gran picaflor en las cortes europeas, es conocida su aventura romántica con la esposa de uno de sus benefactores, quien le había dado acogida en su casa. El músico mantuvo un amor imposible con Matilde Wessendoch, dama de alta alcurnia, casada con el banquero Otto Wessendoch, quien desembolsaba grandes cantidades de dinero para satisfacer los caprichos del artista. No se sabe si hubo alguna cercanía entre el músico y la dama pero Wagner se enamoró perdidamente sin ser correspondido. Escribió en honor a Matilde los Wessendoch Lieder y luego creó la ópera Tristán e Isolda, donde pone en escena el sufrimiento de un amor no correspondido, su biografía con fondo musical. Matilde nunca quiso asistir a la ópera y solo después de la muerte del músico, se permitió ir a una representación y a la salida comento lacónicamente "Isolda soy yo".
Salvador Dalí, gran aficionado a la música wagneriana, fabricó su propio martirio de amor y estableció una barrera que le separara de su amada Gala, le compró un castillo en Pújol, localidad cercana a su casa en Figueras y le propuso una condición, que él solo la visitaría si ella lo invitaba por escrito. Una locura más de ese genio de las artes, que recreó su propio personaje de Tristán.
Gala era la esposa del poeta Paul Eluard, quien una vez invito a Dalí a su casa, cuando el pintor tocó la puerta, Gala fue a abrirla personalmente, el pintor quedó tan impactado con su presencia que inmediatamente le ofreció matrimonio y esa misma noche ella abandonó su lecho conyugal para entregarse al genio y a su locura. Me pregunto: ¿como habrá quedado el poeta Paul Eluard? Cosas del romanticismo. Esta misma escena de repetirse en Caricuao o en el 23 de Enero, tendría un desenlace algo diferente, seguramente alguien amanecería con un mosquero en la boca. ¿Será cosa del cambio climático? O simplemente obedece a nuestro ardor tropical?
Todo esto me lo enseñó mi amigo el poeta Federico y bien que le quedaba el nombre, porque era bien "federico", ciertamente,  su principal característica física era la fealdad, pero tenía un alma hermosa como pocas. Era sumamente delgado, pequeño de estatura, de hombros enjutos y con unos lentes que hacían ver sus pupilas como espirales, si se quitaba los lentes tenía que tantear para caminar, era una miopía caminante o un caminante sin rumbo. Su pasión por la literatura lo llevaron a devorar miles de libros y acumulaba ese conocimiento en una memoria prodigiosa. Fue mi compañero en el bachillerato y nos unió una gran amistad a pesar de ser polos opuestos o mejor dicho quizás polos complementarios. En literatura yo era un ignaro, pero en sociabilidad yo era un maestro, cosa que adolecía mi amigo el poeta. Yo repetía lo aprendido con el poeta en las rondas de amigos y ganaba fama de sabio y Federico se pegaba a mí para vencer su timidez y lograr colearse en las fiestas de las quinceañeras. Fue una buena simbiosis, cada uno se nutría del otro.
Federico era muy callado y hasta huraño, pero tenía una virtud, siempre se enamoraba de la más bella y creo que esa fue su desgracia. No podía ver a una muchacha linda sin caer irremediablemente enamorado a sus pies, claro está, todas le dijeron que no y esa fue la llama de su desamor. Su gran amor fue CACHI, la bella del colegio, una rubia hermosa, despampanante, de tamaño standard para el Miss Venezuela y la bandida siempre alimentaba la pasión del Fede pero sin dejar que le llegara a la primera base. Como era de esperar la CACHI se empató con el chévere del curso, ese que se las sabia todas, flojo y vago, con un copete peinado con Glostora. Su irresponsabilidad se hizo patente cuando nuestra amiga salió en estado y el chico huyó para la Florida. Federico se ofreció para remendar el capote y fue rechazado de inmediato. Como sufrió mi amigo, derramó lágrimas de sangre. Nuestra atribulada compañera se retiró de los estudios y se dedicó a ser madre soltera, sus años por venir no fueron los mejores.
Para ese entonces Federico ya estaba al borde del colapso, inventó un amor imposible alrededor de la CACHI que lo llevaron al desvarío. Desesperado abandonó el país y se fue más allá de más nunca, para intentar poner una barrera de distancia a su pasión amorosa, dio con sus huesos a Nueva York donde se hunde en los más disímiles trabajos hasta lograr al fin un puesto de camarero en una línea de cruceros de lujo y logra así transformar su ostracismo en un exilio dorado. Federico perdió todo contacto con su tierra natal. El poeta se perdió en el tiempo.

Veinte años después una llamada telefónica imprevista, solo dice: Jesús, es el vate y rompió a llorar, otra vez mi poeta caía en crisis existencial. Después de tanto tiempo aun quiere volver a ver a su amada imposible. Hice vanos esfuerzos por disuadirlo, han pasado muchos años y el tiempo no solo deja su huella en la piel, sino que es capaz de modificar las mentes.
La CACHI, ya no es la delicada rubiecita de nuestro tiempo de estudiantes, sino que sus malas experiencias la convirtieron en una especie de imagen de la mala suerte, ahora tiene 4 hijos y enviudó el año pasado, perdió la sonrisa y compartir más de un saludo con ella, nos lleva a lamentar por la desgracia del sino que le toca vivir a algunas personas o en pensar que también hay gente que se labra su propio barranco.
Fede se vino contra viento y marea y a pesar de mis advertencias el Dante logró conseguir una entrevista con su Beatriz, ya la Cachi no era la CACHI, se había transformado en la CACHA-lote, no menos de 40kilos de exceso se habían repartido en la cintura, las posaderas y lo que una vez fueron sus desafiantes lolas, hoy convertidas en pequeñas trompas de elefante que caían desde sus pechos hasta el ombligo.
Volví a ver a Federico varios días después, lo encontré en una cama oxidada del Hospital de Pariata. Alguien de buen corazón había encontrado mi numero entre las pertenecías del herido y me hizo una llamada telefónica. Fede tenía un enorme vendaje en la cabeza y los párpados hinchados con un color morado verdoso. Nadie sabía que había pasado, solamente había el reporte de una patrulla policial que había encontrado a una persona inconsciente tirada en las arenas de la playa La Zorra, con una tremenda herida en la cabeza y la trasladaron al hospital de emergencia. Federico tenía una palidez cadavérica y permanecía más callado que nunca, creo que se avergonzaba de verse en ese estado. Decidí llevarlo a mi casa, pensando que con el cariño y las sopitas mágicas de Maribel mi poeta lograría la recuperación. Aprovechó la soledad de la subida por la autopista para descargar todas sus emociones reprimidas, lloró hasta que se cansó y me dijo que no se permitiría que nadie más lo vieran flaquear. Me contó el desencanto de su reencuentro con el amor perdido, que esa revisión del pasado no fue más que una enorme equivocación, que la Cacha no era la CACHI con la que había soñado, que en definitiva su remisión del pasado fue una terrible tragedia. Cuando se separó de la antigua amada, estaba demasiado turbado, quiso buscar las estrellas y se fue a una playa de Catia la Mar donde 30 años atrás había caminado en una noche de luna llena, agarrado de la mano de su imposible CACHI. Quería volver a sentir la emoción del pasado y buscaba infructuosamente el brillo de lo astros, ahora opacado por las nubes de humo que soltaban las chimeneas de Tacoa, cuando de repente sintió un enorme ruido y las estrellas todas se hicieron presentes, pero eran enormes y brillantes y cambiaban de tamaño vertiginosamente, sintió un agudo dolor en la cabeza y perdió el conocimiento. Despertó cuando una enfermera le decía "tranquilo Bobby, tranquilo, que te ha subido la bilirrubina ". Al pobre Fede lo habían atracado y le dieron un estacazo en la cabeza para quitarle el reloj, el celular y unos pocos bolivaritos que llevaba en el bolsillo. Lo demás fue solo historia.
Fue un acierto llevarme a Federico a la casa, los chupes y las sopitas de cebolla acompañadas de un buen vino y la grata conversación de sobremesa, surtieron su efecto y mi amigo se recuperó sin evidentes secuelas, de recuerdo le quedó una cicatriz en la cabeza que taparía con su abundante pelo, pero las heridas del alma estaban allí, en lo más profundo de su ser y estaban al rojo vivo.
El día que Federico decidió partir lo acompañé hasta Maiquetía, iba muy callado, solo respondía con sis o nos y decidí dejarlo quieto absorto en sus pensamientos. Cuando llegó el momento del embarque se despidió de mí con un abrazo que parecía no querer soltar mi cuerpo, no dijo ni una palabra, lo vi alejarse y su figura se tornó borrosa por la marejada de lágrimas que llenaron mis ojos. Nunca más he sabido del poeta, no sé si vive, lo pienso siempre huyendo de su destino cortando las olas en su crucero de lujo y fumando un cigarrillo en las noches de luna, siempre pensando en esas mujeres bellas e imposibles, en esas reinas que enamoran con su risa.
El poeta, romántico empedernido me enseñó algo muy claro, el amor no está en las feromonas ni el Viagra, el amor se siente en un pequeño brinquito del corazón, eso que los cardiólogos llaman "una arritmia del suspiro".
*Promoción de médicos Doctor Luis Plaza Izquierdo. 
9 de agosto 1965

Bandera venezolana

Bandera venezolana

Automóviles de los 40

Automóviles de los 40